Ayer se realizó un acto en desagravio por el despido arbitrario de la candidata a delegada del Colegio "Giosue Carducci", María Florencia Jotale. Fue en Congreso al 200 en las puertas de la institución educativa.

Mediante corte de calle y con megáfono en mano exigieron la reincorporación de su puesto de trabajo, ya que está protegida por la Ley de Asociaciones Sindicales.

Además, los delegados de otras instituciones y dirigentes de la conducción local, denunciaron el maltrato laboral al que son sometidos los docentes, el temor de expresarse con libertad, la falta de respeto a las normas laborales.

"No solo tienen el desatino de despedir a una candidata a delegada, sino que, además, lo hacen porque esa persona denunció la violencia institucional que se ejerce en el colegio. Lo grave es que cuando alguien que ejerce el poder actúa de forma violenta esto se naturaliza y el denunciar se considera un hecho extraño", comentó a EL SIGLO Ramayo.

"Es importante que toda la comunidad educativa conozca esta situación, sobre todo los padres, porque en un colegio donde no se trabaja con libertad es imposible transmitir este valor fundamental a los alumnos", indicó.

"Esta violencia institucional no puede admitirse, hay que luchar para que cambie la cosa, creemos que no todo el colegio tiene actitudes violentas, pero vivir bajo el régimen del terror es toda una advertencia", explicó la dirigente gremial. Según sostuvo "éstas son las consecuencias de la falta de diálogo del colegio, tanto con el personal docente como con las autoridades del sindicato, que intentan desde hace mucho tiempo consensuar con el representante legal otra forma de trato y respeto de todas las normas laborales para con su personal docente".

Por eso, destacó que el único contacto actual con el director del colegio, Alberto Conti, “es a través de cartas documentos. Nos acusan de todo, menos de actuar correctamente y nosotros nos defendemos porque tenemos el derecho a elegir nuestros delegados”.

Por otro lado puntualizó que el colegio abroqueló a los docentes en contra del SADOP, haciéndolos firmar coercitivamente notas contra el gremio, una práctica patronal detestable".

La docente era titular del cargo desde hace un año y medio aproximadamente.