La Municipalidad recaudó 212.490 pesos con los bonos voluntarios que se instalaron en la recientemente finalizada Feria de Colectividades. Ese dinero será destinado en su totalidad a obras de recuperación del Parque Nacional a la Bandera, lugar donde se llevó a cabo la 30ª edición de este tradicional encuentro. Así se lo confirmó a este diario Héctor de Benedictis, presidente del Etur. "Se vendieron 21.249 bonos a 10 pesos", destacó el funcionario, quien además apuntó las tareas que se realizarán: "Esa suma irá a trabajos de reposición que incluyen limpieza, arreglos de césped, roturas de mangueras, cañerías y tramos de infraestructura que fueron dañados durante la fiesta.

"Estamos muy conformes con el desarrollo general de la fiesta. Estuvo todo más ordenado y más limpio que en otras ocasiones. Y eso se vio reflejado en el comportamiento de la gente", recalcó De Benedictis. "Aprovecharon los senderos internos, sobre todo en la zona del parque nuevo, y eso volvió más ordenada la circulación", agregó.

Asimismo, comentó que "dentro de 15 días se realizará un diagnóstico más exacto" de los sectores de césped que necesitan retoques o reposición, y los pasos a seguir para ponerlos en condiciones. "Hay que ver cómo avanza el comportamiento de las zonas de suelo afectadas y el impacto del clima sobre esas superficies. Por eso vamos a esperar 15 días más", amplió.

Más allá del lógico deterioro que conlleva un evento de estas dimensiones, que en promedio convocó a más de setenta mil personas por día, las autoridades municipales efectuaron un balance positivo alrededor del operativo de higiene llevado a cabo en el parque. "Desde nuestro sector creemos que funcionó bárbaro", afirmó por su parte Nicolás Mijich, director de Higiene Urbana.

Mucho se habló en la previa del encuentro de colectividades. Mucha polémica desató el bono voluntario que se instaló este año para poder cubrir los trabajos necesarios para poner en condiciones el parque tras la multitudinaria fiesta. Desde la Intendencia se destacó permanentemente que lo recaudado se destinaría a la restauración de un tramo neurálgico de la costa central rosarina.

Por eso, ante tanta controversia, la Municipalidad trató de esforzarse al máximo para que ningún detalle quede fuera de lo planeado. Así, la limpieza de la zona comenzó dos días antes de la feria. "Se hizo limpieza finita, se reforzaron los cestos y los contenedores. Además le otorgamos un contenedor naranja a cada colectividad. Y una vez por día pasábamos por cada stand a ver si necesitaban algo", señaló Mijich.

Para esta ocasión se colocaron 22 contenedores de carga lateral, donde se llevaban los residuos orgánicos. Esos receptáculos se limpiaban en dos turnos, a las seis de la mañana y a las seis de la tarde. Además se llevó a cabo un tratamiento de lavado en algunos lugares contra los malos olores.

En tanto, se armó un grupo de seis personas que efectuaban barrido y aspirado de 0 a 7 de la mañana. Ellos también se encargaban de algunas calles aledañas y las paradas de colectivos más concurridas.

Durante la feria, la distribución de los asistentes se hizo más prolija y ordenada con los senderos existentes, sobre todo en la parte norte. Y los cestos fueron respetados.

Por su parte, se ubicó dentro de la carpa de Rosario, un stand de divulgación y educación ambiental, que trataba sobre separación de residuos, compostaje y hábitos sustentables, al que se acercó mucha gente.

Paralelamente, las tareas de los vendedores ambulantes estuvo más organizada. Antes se amontonaban a la salida y era un caos, y en esta edición no pasó lo mismo. "La feria en general lució más ordenada", subrayó Mijich.

Durante esta semana, desde el lunes comenzaron a cumplir sus tareas los camiones de residuos. Y sólo quedan algunas pocas carpas y restos de pisos de madera que faltan desarmar. "Para mañana (por hoy) debería estar todo listo. A más tardar el sábado a la mañana", advirtió el director de Higiene Urbana. "La idea es que esté listo para el fin de semana", concluyó.