Los impulsores del deporte en Córdoba dicen que en un año se cuadruplicaron los patinadores.
Los beneficios para la salud que acarrea el deporte de las rueditas son muchos.
El patinaje es un buen ejercicio físico. Y muy entretenido para hacer de a dos.
El patinaje es un buen ejercicio físico. Y muy entretenido para hacer de a dos.
Muchos se suben a los patines por deporte, otros por hobbie.
Y un buen día, Córdoba se llenó de rollers. El fenómeno se ve en la calle: cada tarde la zona cercana al Parque las Tejas se puebla de centenares de nuevos patinadores dispuestos a aprender a “domar” las botitas con ruedas para salir a recorrer la ciudad. Algunos lo hacen por deporte; otros por hobbie y muchos por nostalgia “noventosa”.
“Es impresionante como han aumentado los patinadores en el último año; hay por todos lados y a toda hora. Corriendo el riesgo de equivocarme y quedarme corta, en el último año diría que se cuadruplicó la cantidad de gente con rollers por la ciudad”, dice Gabi, la “administradora” del sitio en Facebook de “Córdoba Rollers (Night Skating)” uno de los principales espacios donde las personas se vinculan para reunirse y salir a andar.
Pero eso no es todo: la moda –dicen los que saben– está lejos de llegar a su máximo esplendor: según Fernando “Nilo” Díaz, uno de los principales impulsores del deporte en la Docta, la cresta de la ola “rollera” llegará en los próximos dos o tres años, “como ocurrió en los noventa. Eso sí; esperemos que luego el furor se mantenga”, dice.
De ayer a hoy. ¿Qué diferencia hay entre aquél furor de hace 15 años y éste? Quizás la más importante sea en la edad de los practicantes: por aquél entonces la mayoría eran niños: ahora casi todos son mayores de 20, aunque también hay adolescentes y familias enteras que compran sus rollers para salir a andar todos juntos.
“La gente que se sumó al principio eran los que habían patinado en los ‘90: les volvían las ganas de andar cuando veían tanta gente deslizándose por la calle”, opina “Nilo”, profe de la primer Escuela de rollers de Córdoba, tras afirmar que ahora el panorama cambió: “desde hace unos meses se suma a la tendencia mucha gente que jamás se había subido a un patín”, dice.
El fenómeno se percibe en las casas de deportes, donde prácticamente se triplicaron las ventas de rollers en un año: “Si antes vendíamos 3 o 4 pares por semana, ahora vendemos 10”, dice Melisa, de El Palacio del Rodado.
Otra diferencia con la rollermanía de los ‘90 con la actual es que antes la “onda” era patinar sólo. Ahora todo se hace en grupo: desde aprender hasta salir a andar. A algunos grupos, es común verlos andar en las calles del Parque Sarmiento, en la pista de patinaje, de noche en la peatonal o cruzando la ciudad hasta el Jardín Botánico. El Parque de las Tejas, en tanto, se convirtió en la “nueva meca” para los patinadores de menor experiencia. Ahí las ruedas no paran de girar desde el atardecer hasta bien entrada la madrugada: “El asfalto nuevo es tentador, pero los que no somos muy hábiles tenemos que cuidarnos de la bajada de la Chacabuco ¡es muy rápida!”, cuenta Laura Corvalán, una estudiante de Odontología que desempolvó sus viejos patines hace sólo semanas, y se largó a andar.
“Lo que atrae del Parque Las Tejas es la superficie de esas calles: es ideal; nosotros al pavimento nuevo lo vemos como un tesoro”, dice Nilo y aclara que –aún así– el espacio clásico de encuentro sigue siendo Ciudad Universitaria. Los fines de semana sus calles vacías se atestan de patinadores, e incluso es ahí, detrás de Daspu, es donde funciona la “Escuelita de rollers”, para quienes quieren dar sus primeros pasos (o mejor dicho giros) en el tema.
Todos pueden. La “Escuelita” funciona de forma gratuita y a pulmón desde hace tres años. No se cobra cuota; sólo se pide una colaboración de 10 pesos (opcional) para comprar conos y otros implementos para las primeras prácticas, que sirven para ganar las destrezas básicas en el deporte.
“El año pasado tuvimos 130 alumnos en clase: quizás esta vez lo superemos”, dice expectante el profe, tras aclarar que las inscripciones están abiertas a todo el que desee incursionar en el deporte. “No hay edades límites para aprender: a partir de los 50 años es más complicado por el tema de las caídas, pero tuvimos algunos alumnos de esa edad a los que les fue bárbaro”, cuenta.
De hecho, los beneficios para la salud que acarrea el deporte de las rueditas son muchos: los especialistas mencionan que es una excelente manera de ganar capacidad aeróbica y mejorar el funcionamiento cardiorrespiratorio, e incluso adelgazar. Si hasta dicen que es mejor que correr, porque el deslizamiento sobre rueditas es más “suave” y no impacta en las articulaciones.
Pero salir a rollear también conlleva beneficios sociales: eso lo pueden refrendar las decenas de patinadores que entre salida y salida forjaron nuevas amistades o –por qué no– conocieron el amor. En este caso, hasta el profe Fernando es el mejor ejemplo: “en mis clases conocí a Lucía, una de las primeras alumnas de la escuelita, con la que me acabo de casar”, dice con una sonrisa.
Para comprar los primeros rollers
Para los integrantes del grupo “Córdoba Rollers” antes de meter mano al bolsillo es importante saber que los patines deben durar mucho tiempo y para ello se debe planificar la inversión.
En el mercado hay muchas marcas: por lo general en shoppings y tiendas de “skate” se consiguen los modelos más “profesionales” mientras que en las casas de deporte se encuentran también artículos intermedios y amateurs. La diferencia de precios es cada vez menor.
“No aconsejamos dejarnos llevar por las apariencias y el apuro”, dicen y aclaran que en este tema, como en otros, “Lo barato sale caro”. Y es que frecuentemente las ruedas o las botas de los patines más económicos se deterioran más rápidamente y los repuestos salen caros. ¿Cuál sería el mínimo de gasto para estos especialistas? Al menos, 500 pesos por unos nuevos.
En el caso que compres patines usados, lo ideal es asesorarse por alguien que conozca para comprobar que están en buenas condiciones.
En uno y otro caso, es fundamental el tamaño. Aunque conviene elegir la talla justa (ni holgado, ni apretado) los más nuevos vienen extensibles a varios talles ¡ideal para compartir con amigos o hermanos!.
Lo ideal es probártelos: “deben quedarte cómodos y apretar bien los tobillos de forma que el pie no quede “bailando dentro”, aconsejan los especialistas.
Por último - y no menos importante- se aconseja reservar parte del presupuesto para las protecciones: Las muñequeras, casco, rodilleras y coderas… Un kit básico ronda los 108 pesos.
Más información en www.rollerscba.com.ar
Patinar hace bien
Los especialistas mencionan que es una excelente manera de ganar capacidad aeróbica y mejorar el funcionamiento cardiorrespiratorio, e incluso adelgazar. Si hasta dicen que es mejor que correr, porque el deslizamiento sobre rueditas es más “suave” y no impacta en las articulaciones. Además, salir a rollear también conlleva beneficios sociales. Es una actividad que se hace en grupo.
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