Cinexperiencia, un premio para valorar en Tucumán

Cinexperiencia, un premio para valorar en Tucumán
Estudiantes de primer año de la Escuela de Cine volvieron con $ 12.000 de Mar del Plata. Vivieron una experiencia artística inolvidable.
A las 8 fue la "largada". Acomodados todos en la famosa Rambla de Mar del Plata, los organizadores dijeron preparados, listos, ya y los 24 grupos en competencia se esparcieron como hormigas por "La Feliz". Se los distinguía fácilmente: andaban todos vestidos con la remera roja oficial del encuentro, armados hasta los dientes con cámaras, micrófonos, luces y todo lo poco o lo mucho que pudieran necesitar para filmar un cortometraje en ¡24! horas.

A las 8 del día siguiente comenzó la siguiente posta: apenas 12 horas más para editar el trabajo y presentarlo en sociedad, esté como esté. Y no solo llegaron a la meta los nueve tucumanos que se inscribieron con el corto "Desaparecidos del mar", sino que sacaron el premio mayor: $ 12.000 y un aplauso que no olvidarán nunca en sus vidas.

"La verdad: fue una sorpresa muy grande y una experiencia única. Los nueve integrantes del grupo somos alumnos de primer año de la Escuela de Cine de la UNT y ahí, como ejercicio, nos dan dos semanas para producir un corto y apenas llegamos con el tiempo. En Mar del Plata nos dieron 36 horas en total para resolverlo, y eso te enseña a organizarte mejor y sacarle el mayor provecho posible al tiempo", analizó Raúl Orlando "Nando" Dip.

Si en un rodaje común y bien programado surgen incontables imprevistos, en uno que se realiza en un día y medio los problemas se multiplican. Resolverlos lo más pronto e inteligentemente posible es una de las razones de ser de Cinexperiencia, competencia enmarcada dentro del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que tuvo lugar entre el 17 y el 25 de noviembre. "Eran ya las siete de la tarde, el tiempo se nos agotaba y necesitábamos grabar unos audios en el hostel. Pero estaba lleno de gente por todos lados, había un ruido infernal... era imposible pedirles a todos que se callaran. Entonces se nos ocurrió sacar todos los colchones de la habitación, ponerlos contra la pared y aislar la pieza del sonido de afuera. ¡Quedó una belleza!", remarcó "Nando", asistente de dirección, coguionista y asistente de sonido en el corto de 240 segundos (cuatro minutos).

Hombres orquesta

Entre los nueve integrantes del equipo tuvieron que distribuirse todas las tareas, por lo que se ocuparon de más de una. Incluso el director y guionista, Adrián Nieva, debió actuar en algunas escenas. El resto del grupo estuvo conformado por Héctor Sáenz, Pedro Ponce, Gabriel Domínguez, Rocío Pérez, Antonella Lecesse, Dana Gómez, y Florencia Leiva. En el equipo hay chicos de entre 18 y 23 años, muchos de los cuales estudiaron otras cosas antes de cine: hay sonidistas, diseñadores gráficos y hasta estudiantes de Historia. El trabajo multidisciplinario fue decisivo.

Un nuevo enfoque

La temática de "Desaparecidos del mar" está vinculada con la última dictadura militar y los llamados "vuelos de la muerte", en los que se lanzaban detenidos desaparecidos al mar. El corto muestra a un hombre sobre un acantilado a punto de arrojarse al agua; alguien advierte la situación y corre a intentar rescatarlo, pero cuando llega no encuentra más que un DNI.

"El mismo tema está tocado en muchas películas, sin ir más lejos en 'Infancia clandestina', pero no vimos un trabajo que hablara de los desaparecidos arrojados al mar", reveló Nieva, el director. "El DNI que encuentra le recuerda a alguien, que puede ser un familiar o un ser querido desaparecido en los vuelos de la muerte. Es un final con libre interpretación", agregó.

Todavía no saben qué van a hacer con el premio. Entre las posibilidades están repartir la plata entre los nueve o comprar equipamiento para, en un futuro no muy lejano, encarar un nuevo proyecto juntos. Este es el primer trabajo que aglutinó a este equipo de compañeros y el resultado fue el mejor que podían esperar. "Entre las cosas que más rescatamos de esta carrera de supervivencia es que te enseña a organizarte a la fuerza y a trabajar en equipo más que nunca. Ponerse nervioso era perder tiempo, y el tiempo era lo que más nos ajustaba", resumió "Nando".

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