Cinco maneras de “ser del aire”

Cinco maneras de “ser del aire”

Exponen Mariana Erlijman, Patricia Sauter, Betiana Yungano, Magdalena Crespo y Ana María Nahuelanca. Una instalación, esculturas, xilografías, dibujos y pinturas para redondear una atmósfera.

 

Como una pequeña Vía Láctea pero negra, el paño que brilla se alza hacia las cercanas alturas de la galería. Avanza hacia el espacio, claro. Pero de manera ascendente. Es la obra que da la bienvenida a quien ingresa por estos días a Bosque Neón, el pequeño pero dinámico espacio de arte que funciona en Mitre y Palacios. El trabajo que anticipa y circunscribe el tema de la muestra, inaugurada el último martes.

 

Se trata de Fauna # 2 Ser del aire, el más reciente convite de Daniela Gineste y Nani Franzgrote, las gestoras de Bosque Neón. La instalación a la que nos referimos es obra de Magdalena Crespo, vecina de Villa La Angostura que periódicamente incursiona con sus obras en Bariloche. Además, las anfitrionas convocaron a las barilochenses Mariana Erlijman, Patricia Sauter y Betiana Yungano. Y también “es del aire” Ana María Nahuelanca, quien reside habitualmente en San Martín de los Andes.

Las galeristas recordaron que la primera versión de Fauna no tuvo hilo temático y comentaron que al volver a ver las obras que recibieron cuando formularon la primerísima convocatoria, encontraron que varias de ellas podían relacionarse precisamente con el aire. Desde diversos puntos de vista y con miradas muy disimiles, claro. Pero a partir del denominador común convocaron a las participantes.

“El aire que respiramos, contaminado o puro. El que alienta el fuego, el que propaga nuestras voces, músicas, ondas de radio”, señala el texto que ampara la muestra desde un rincón no muy visible del reducto. “Masas de aire de distintas temperaturas que interactúan provocando borrascas ondulatorias. Aire en el que conviven pájaros, copas de árboles y aviones. Aire donde se eleva el agua cuando se evapora y los recuerdos se vuelven viento y a veces, tempestades. Aire adonde regresa la calma y los encuentros que en esa calma se originan, se multiplican en más vida”.

Palabras tan hermosas son obra de Gineste quien sin embargo, prefirió no firmar públicamente su expresión escrita. En ese universo plural que describe, entran los cóndores majestuosos de Marian Erlijman, tres xilografías en blanco y negro que se ambientan en las alturas montañosas donde habitualmente merodean nuestros vecinos más míticos. Con la misma fuerza y serenidad que caracterizan su existencia.

Precisamente, abundan los pájaros en Ser del aire. Llamativas son las cabezas de Patricia Sauter, esculturas cerámicas que cobran coloratura de cómic a través de pinturas acrílicas. Se trata de bustos muy expresivos y vívidos, que sin embargo emergen de vestimentas humanas y asumen gestos casi humorísticos. Una serie que además es numéricamente importante y copa buena parte de la sala.

Por su parte, Betiana Yungano se escapa un tanto del predominio de la naturaleza. A través de sus obras, el aire se alcanza a partir de instalaciones eléctricas, postes, cables y transformadores que se dibujan y colorean en paisajes de llanura, desprovistos de otras presencias. Una manera más industrial de elevarse hacia el espacio, una forma tecnológica de “ser del aire”.

La “escultura aérea” a la que nos referíamos al comienzo, tiene un origen muy curioso. Su material es “cinta de video tejida” que avanza hacia arriba en forma circular y con color negro. Dirá la artista que los videos en cuestión son “recuerdos familiares. Siempre uso materiales que tengan un recorrido significativo”. Además, confió que enfrentó un desafío considerable al decidirse a participar, porque la obra “se estira y en general, estuvo en lugares con techos más altos. Tuve que ver que interactuara pero no molestara. Esta sala me encanta”, confió Crespo.

En uno de los rincones, más seres alados pero en esta oportunidad, hechos sobre cartones que habitualmente desechamos. No obstante, Ana Nahuelanca detuvo su mirada en detalles: el perfil de una gaviota, la pata de un ave desconocida para el cronista, el rostro de una mujer (¿con barba?) que se prolonga hacia un pico traslúcido, otro pájaro que descansa sobre una rama que amaga ceder a su peso…

En definitiva, maneras distintas de “ser del aire”, más explicitas algunas, totalmente sugeridas otras. Aportaron música durante la inauguración Los Limbos, como para seguir en temáticas etéreas. La versión segunda de Fauna se podrá visitar hasta el próximo 2 de mayo. Bosque Neón funciona por la tarde y la verdad, su atmósfera invita más a “la calma y al reencuentro” que “a los vientos y tempestades”. A M

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