El cierre fluyó con el "Cosquín reggae"

El cierre fluyó con el "Cosquín reggae"
Con Nonpalidece, Dancing Mood y Kameleba, entre otros, el escenario temático vivió su propio carnaval. Además, hubo muestras de renovación en la escena nacional del género..

Después de dos días demasiado intensos en el escenario temático, la jornada del lunes ameritaba bajar un cambio para volver a casa con una sonrisa. Y qué mejor para relajar los cuerpos cansados que los sonidos y aromas provenientes de Jamaica. De hecho, ya se está haciendo una costumbre que el "Cosquín reggae" (como lo llamaron varios de los artistas que pasaron por el escenario) quede para el cierre del evento. Y está bien que así sea.

Al igual que con el heavy, la familia "reguera" tuvo su propia fiesta del otro lado de un predio que con el correr de los días y las caminatas cada vez parecía más extenso. La fiesta arrancó temprano con escenas dignas de un picnic primaveral. Y terminó pasadas las dos cuando Nonpalidece le puso el broche mechando hits como Reggae en el universo y Tu recompensa con momentos intensos como los dúos de Néstos Ramljak, su cantante, con Darío Alturria de Kameleba y Malena D' Alessio de Actitud María Marta. La banda de Tigre sabe como hacerlo.

Mucho antes, cuando el sol buscaba encontrarse con la cima de las cierras, un papá sacó una manta y puso vasos, jugo y mate mientras algunos niños revoloteaban alrededor. De fondo sonaba Rondamón, la banda marplatense que tal vez ostente uno de los mejores nombres de los que pasaron por el festival. Luego de cantar contra la contaminación del planeta y sonar bien ajustados, cerraron con uno de los pocos guiños directos a Bob Marley que se pudo escuchar en la jornada. Es que el máximo referente del género ya había sido homenajeado el domingo en el principal y además, hay que decirlo: el reggae es mucho más que Marley, afortunadamente.

Una de las bandas que lo demostró fue Kameleba. Con un arranque a puro dub (Yes my lord con la voz en off del "Negro" Rada) y un manejo impecable de los climas gracias al despliegue escénico de su cantante, los de Villa Mercedes reafirmaron que son la última gran aparición en una escena que busca una necesaria renovación. Repasando temas de su reciente Tiempos de tribulación y con nuevos arreglos en clásicos como Maldita herencia, Espejo (Néstor de Nonpa, de invitado) o Con vos, dejaron el escenario caliente, como si reclamaran así un lugar más protagónico en la grilla.

Ardor en continuado

Ese fuego que siguió dando vueltas fue aprovechado por Resistencia, que mostró su nueva formación por primera vez aquí, y sobre todo por Dancing Mood, uno de los números más esperados junto con Zona Ganjah, que demostró a continuación que sigue creciendo en convocatoria y desparramó un mensaje impregnado por la "hierba sagrada". La big band comandada por Hugo Lobo, en cambio, hizo honor a la fecha y desató un verdadero carnaval cuando arrancó su set apenas pasadas las 22. Es una fija, con Dancing Mood el baile colectivo está asegurado.

Otro que se presentó con nuevos integrantes fue Riddim, ya que hace pocos meses hubo diferencias entre Pety, su cantante, y algunos miembros históricos que finalmente decidieron abandonar la banda, incluso justo de antes de la presentación de su nuevo disco Deja que fluya. Igual, sonaron ajustados y se lucieron con temas como Confusión y Hey Bredda.

Parte de esa renovación que nombrábamos más arriba fue representada a la tardecita por dos bandas con fuerte presencia femenina: Hijas de Zion (impactante ver a siete mujeres juntas en el escenario) y Contravos. Esta última fue la encargada de empezar a mover a los cuerpos que vibraron con una interesante combinación de roots, dub y ska, la dulce voz de Gabriela Jurado y un mensaje de paz. A pesar de recurrente, sigue siendo necesario.

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