Central dio un paso adelante, aunque pequeño, ante el Vélez de Russo

Central dio un paso adelante, aunque pequeño, ante el Vélez de Russo

Rosario Central encontró sobre el final del partido los caminos al arco de Vélez pero no pasó del empate en una fecha en la que ganaron todos los de arriba

La larga apatía que incluyó todo el primer tiempo y gran parte del segundo pudo más que la intensidad y el vértigo del final, que apareció en escena cuando Vélez se quedó con uno menos por la expulsión de Somoza. No será necesario repasar demasiado las imágenes para caer, inexorablemente, en la idea que, de los dos, fue Central el que pudo haber merecido mejor recompensa, pero no fue tanta la tela que le sobró al equipo de Eduardo Coudet, que se fue masticando bronca por aquellas situaciones malogradas, en las que el arquero Aguerre se vistió de héroe y figura del encuentro. Noventa minutos para un empate en cero que deja alguna sensación gratificante por el gasto y la búsqueda, pero que también tiró sobre la mesa algunos puntos sobre los cuales trabajar para no seguir cediendo terreno en la pelea de arriba, que fue lo que sucedió ayer con la igualdad sin goles frente al equipo de Russo.

  Precisamente Russo es de esos DT que suelen preparar con mayor ahínco los partidos que considera especiales. El de ayer sin duda tuvo ese tipo de ribetes. Igual hizo lo esencial, que fue poner diques sobre los lugares por los que Central suele lastimar y la jugada le salió bien. Sobre todo en el primer tiempo, cuando al Canalla le faltó casi todo: tranquilidad, claridad y juego.

  Una marca escalonada y a la vez pegajosa sobre Cervi, más la asfixia sobre Montoya y Jonás Aguirre, por derecha e izquierda, formaron parte de esos primeros 45 minutos en los que las emociones brillaron por su ausencia. Apenas un remate desde lejos de Villagra a las manos de Aguerre (19’) y otro desviado de Montoya (35’). No mucho más para contar en lo que a jugadas se refiere. La lista podría ser más extensa si de analizar debilidades se trata.

  Vélez estaba cómodo. Inquietaba como y cuando podía. Lo hizo con un tiro libre de Alvarenga que se fue apenas alto del ángulo superior derecho del Melli García (51’). Y Central tardó 14’ de iniciado el complemento para generar la primera situación clara. Fue con un cabezazo de Ruben (tras centro de Fernández) que lamió el palo izquierdo de Aguerre. Pero fue prácticamente un oasis. Porque el partido le seguía resultando tremendamente incómodo a un Central que no lograba cambiar la fisonomía ni siquiera con los ingresos de Fernández y Niell.

  Hubo otro zapatazo de Villagra bien resuelto por Aguerre, pero el quiebre del partido llegó a 15’ del final, con la expulsión de Somoza. Ahí el Chacho reacomodó demasiadas piezas (tres atrás, ingresó Lo Celso, se retrasó Fernández y Villagra cambió de carril) y Vélez se replegó. Apareció una salvada providencial de Damián Pérez sobre la línea cuando Ruben atropellaba, un cabezazo a quemarropa de Donatti y un remate del Flaco cuando el partido se moría. Fueron esos quince minutos en los que Central acentuó esos méritos que en el fútbol muchas veces quedan a remolque de los resultados.

  Y con esa supremacía pero también impotencia se fue cerrando el partido, con los hinchas arengando por lo que vendrá el próximo domingo, pero lamentando otros dos puntos que quedan en el camino en esta lucha a la que Central le gusta hacerle frente y a la que no parece decidido a abandonar. Por lo pronto lo de ayer fue un paso adelante porque sumó pero demasiado pequeño teniendo en cuenta otros resultados.

Con una base sólida y elementos a los que debe prestarle atención

El escenario no cambió demasiado en Central de cara al clásico. Lo de ayer no se trató de un resultado que le quite ilusión para el próximo domingo. Sí pudo haber otro panorama si algunas de las pelotas tapadas por Aguerre terminaban en gol. Ahí sí el ánimo se hubiese visto potenciado. Lo que quedó en claro es que hay materias a las cuales hay que echarles un repaso en los días que se avecinan.

  Hay un detalle incontrastable. Central perdió un solo partido en el torneo y desde el reinicio de la competencia obtuvo cuatro de los seis puntos en juego. Desde ese lado no hay cosas a las que temerles. Hay un envión que puede ser tomado como tal para ir por un grito grande en el Coloso del Parque. También está el potencial en cuanto a nombres. Sin suspendidos ni lesionados, Coudet tendrá a disposición todo para poner en cancha lo mejor que tiene y a partir de ahí diagramar el partido más caro al sentimiento del hincha.

  Sin dudas que pudo llegar mejor. Pero para eso fue necesario mostrar una mejor cara en el partido de ayer. Y eso no sucedió. Pudo hacerlo, pero virtudes del rival y defectos propios lo privaron para descansar hoy y retomar los trabajos mañana con un sostén anímico con cimientos más sólidos.

  Imaginar la previa de un clásico peleando en el lote de arriba hubiese sido un contrato firmado por muchos. Y hoy Central puede aferrarse a eso. Porque sigue sin ser un rival fácil para nadie, de hecho sólo River logró torcerle el brazo. Igual este Vélez de Russo le marcó un par de errores en un rojo furioso a los cuales deberá estudiar en profundidad.

  Es difícil establecer coordenadas apropiadas desde el juego para un clásico, en el que generalmente la emotividad suele ganarle la pulseada a las posturas tácticas y técnicas. No obstante, Coudet y sus dirigidos entenderán que dentro de seis días será necesario dar un salto de calidad para no repetir lo del segundo tiempo ante Aldosivi y lo de gran parte del choque de ayer en el Gigante. Pero no es nada para tomar a la tremenda. Porque hay ítems a corregir y potenciar, pero también un anclaje importante al cual aferrarse. El protagonismo hasta aquí exhibido y la solidez en cuanto a resultados son algunos de esos puntos fuertes que no merecen ser ninguneados.

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