Los policías se acercaron a controlarlo por una contravención, y nunca se imaginaron lo que se encontrarían: el hombre tenía pedido de captura de la provincia de Chubut por haberse fugado de la cárcel, donde penaba una condena de 12 años por asesinar a un joven de un balazo en la cabeza. 

El hombre dio un manotazo de ahogado y entregó una identidad falsa, pero no pasó mucho tiempo para que se dieran con que su nombre verdadero es Walter David Ceballos y con que tenía pedido de captura desde el 19 de agosto de 2013, cuando se fugó con otro preso de la Seccional Segunda de Puerto Madryn, tras limar los barrotes de la celda en la que estaba alojado.

Según la prensa de Madryn, Ceballos había sido condenado a 12 años de cárcel por matar al joven Leandro Herrera (32), quien fue encontrado muerto de un disparo en la sien dentro de su auto en esa ciudad el 5 de junio de 2011.

Ceballos compartía la celda con el prisionero José Calfumán, sentenciado a seis años de prisión efectiva por dos robos agravados y abuso sexual. 

En agosto de 2013, los delincuentes aprovecharon el cambio de turno de los guardias y escaparon tras cortar los barrotes de una claraboya que había en la parte superior de la celda y posteriormente romper una rejilla de metal en el techo. Pero Calfumán fue recapturado una semana después, escondido en una casa de Puerto Madryn, y regresado a prisión.

Restaba dar con Ceballos, pero no había suerte con su paradero. La Justicia de Chubut, convencida que el fugado había salido de la provincia, emitió un pedido de captura en todo el país y pasó un año y medio desde su fuga hasta que se supo nuevamente sobre él: en la noche de este martes, la Policía de Cosquín lo controló en el cruce de las calles Pan de Azúcar y Carranza. 

Se acabó así el sueño de libertad del condenado Ceballos.