El juez que investiga la desaparición del joven en 2009 informó que se comunicó con el conductor y que esta semana le tomará declaración. Será el primer paso para empezar a dilucidar sobre la muerte de Luciano Arruga. Para la familia de la víctima, hay puntos oscuros en el caso.
En el expediente abierto por el accidente de tránsito figura que luego de atropellar a Luciano el conductor, de 21 años, se detuvo y llamó a una ambulancia. En la causa, a cargo de la jueza Laura Bruniard, quedó asentado que el chico murió por golpes que sufrió en la cabeza, un brazo, el torso y los tobillos. Los médicos no notaron signos de torturas en su cuerpo.
Las pericias al vehículo que chocó al joven arrojaron que en el momento del impacto el auto iba a menos de 80 kilómetros. El conductor, oriundo Monte Grande, no tenía alcohol en sangre.
Sin embaro, entre los muchos puntos oscuros que tiene el caso, la familia quiere saber si Luciano pudo haber sido empujado por alguien debajo el vehículo. Por eso ahora el juez federal Juan Pablo Salas –que investiga el caso Arruga– le tomará declaración al conductor.
La familia insiste que la Policía Bonaerense está detrás de la muerte del adolescente, desaparecido en 2009 y cuyos restos fueron hallados el pasado viernes enterrados como NN en el cementario de la Chacarita.
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