Crespense habla sobre el presente del sector
La carpintería es una de las actividades de la industria humana más antiguas que existen, tanto que ya en la Biblia, se asocia ese trabajo, por ejemplo, a la construcción del Arca de Noé y con el carpintero José de Arimatea, quién fue el padre de Jesús de Nazareth. Esta larga existencia, hizo que en cada cultura y región, se encuentren diferentes maneras y herramientas para trabajar la madera, presente en la construcción (puertas y ventanas) y en la manufactura de los mobiliarios.
El sector nuclea a miles de trabajadores, como empresarios o empleados, pero a este oficio primario, se sumó luego la ebanistería, que deriva de la carpintería, pero con más especificaciones y allí es donde radica la diferencia entre ambas, dado que los muebles y objetos que fabrica esta última, son absolutamente decorativos, más allá de sus aspectos funcionales.
Una gran parte de los carpinteros, se dedica a crear manualmente sus piezas. O sea, le dan forma con sus manos, con el ensamblado, lijado y lustrado, entre otras acciones. En las industrias, las actividades se automatizan, pero el verdadero trabajador del sector, sigue siendo considerado un gran artesano.
Como lo hacemos en cada año para esta festividad, en esta edición también tenemos el testimonio de uno de los carpinteros de la región, de los que día a día dejan muchas horas entre escuadras, fresadoras, sierras, taladros, martillos, punzones, destornilladores y otras tantas herramientas.
El crespense Julio Reisenawer tiene 51 años y hace casi 30 que se dedica a esta actividad. En diálogo conEl Observador comentó que se inició en esta profesión porque siempre le gustó trabajar con la madera y remarcó que “con el paso del tiempo, como la mayoría de los carpinteros, traté de ir mejorando y perfeccionando la tarea que uno realiza diariamente”.
El comerciante recordó que en Crespo existe un grupo que nuclea a los referentes locales de esta actividad y en tal sentido dijo que “siempre estamos en comunicación y accionando en conjunto. Generalmente nos reunimos para hablar sobre las problemáticas normales que van apareciendo y viendo qué podemos hacer para solucionar esos inconvenientes, pero además, hemos ido a exposiciones y ferias, entre otros eventos. Tenemos algunos proyectos como grupo, pero a futuro y también los tengo en lo personal. Uno siempre trabaja para que algo le quede a las próximas generaciones” señaló.
Sobre cómo afectan los vaivenes económicos al sector, Reisenawer sostuvo que “es como toda actividad, si el país pasa por buenos momentos, nos va bien a nosotros también y cuando Argentina está mal, se hace complicado mantenerse o crecer. Hemos pasado por grandes crisis y las he sufrido, como la de 2001, que fue muy dura. En mi caso, tenía presupuestos arreglados y como uno no estaba ‘encima’ de lo que pasaba en la economía del país, acordé contratos a un monto y lo que cobré, al tiempo de haberlos firmado, fue muy poco” recordó.
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