Belgrano, a puro gol llegó al objetivo

Belgrano, a puro gol llegó al objetivo
Paliza. La “B” sepultó las chances de Arsenal, al que goleó 4-1. Así alcanzó los 26 puntos, uno más de lo planificado.

En la memoria –difusa para los hinchas de Belgrano pero inolvidable para los de Arsenal– está aquel 26 de junio de 2012, cuando los del Viaducto le ganaron 1-0 a la “B”, con gol de Lisandro López, y fueron campeones del Clausura de Primera.

Y ayer, una vez más, el Grondona Team tenía la chance seguir prendido a la ilusión de campeón, sólo que esta vez los “blancos” de Alberdi se despacharon con una goleada 4-1 que prácticamente sepultó cualquier expectativa, más allá del guiño que todavía le hacen los números al equipo del Jefe.

Pero Belgrano es Belgrano más allá del rival de turno. Hay que ver el respeto que genera el Pirata cada vez que pisa el puerto. Si hasta en la previa las transmisiones locales hablaban del “equipo que ninguno quiere enfrentar”. Y se entiende. El Pirata es molesto, incómodo... es Pirata. Sabe a qué juega y eso, en un fútbol tan perimido, no es poca cosa.

Por eso es que ha cimentado, no sin esfuerzo, su condición de equipo de elite. Ayer superó la barrera de los 25 puntos (llegó a 26), objetivo que Zielinski y sus dirigidos se habían trazado para esta primera mitad de la temporada, cuando todavía queda un partido.

Acusado de poco ambicioso y “defensivo”, Belgrano tiene de su lado el aval incuestionable de los números. En esta versión “2.0” que mostró en el Inicial, no abandonó su perfil de equipo contragolpeador, cómodo cuando hay espacios y metedor cuando no abundan.

Hasta puede decirse que potenció esas virtudes con la recupe­ración completa de César Pereyra, que ayer cambió por gol el gesto generoso de Carlos Bueno, quien le cedió la ejecución del penal “para que sea el goleador del campeonato”. Fue el primero de los cuatro del Pirata y, en tres, “Charly Good” tuvo participación.

El uruguayo es un capítulo aparte. Llegó para ser titular, pero apenas sumó un puñado de minutos. Ayer tuvo la chance de mostrarse desde el comienzo y fue la figura de la cancha, despilfarrando una jerarquía cada vez menos habitual en las canchas argentinas.

“Yo quiero jugar. Estoy cómodo y agradecido a Belgrano, pero quiero jugar. No estoy diciendo que me voy, pero ahora queda un partido y después tendré que pensar. A mi edad, si estoy sin jugar lo siento mucho. Quiero jugar”, dijo hasta el hartazgo el Bueno de Carlos después del partido. ¿Seguirá en Belgrano?

Elogio al mérito

Aprovechando la visita al “almacén ferretero”, el DT y los jugadores de Belgrano dejaron en claro que no quieren saber nada con la reestructuración del campeonato y el torneo con 30 o más equipos.

“Me da la impresión que no está bien. Se tiene que respetar a los que deportivamente lograron algo. No nos ha ido bien manejándonos con decretos en Argentina. Jugar en Primera tiene que ser la consecuencia de un logro deportivo, no por decreto”, dijo “el Ruso”.

“Siento que es una falta de respeto al mérito deportivo y a todos los que, en este tiempo, han trabajado bien para lograr sus objetivos. La solución del fútbol pasa por otro lado”, completó “Teté” González, que ayer puso el 2-0 parcial “fusilando” a Campestrini, cuando el equipo no la pasaba bien.

Así llega Belgrano a fin de año: goleando y defendiendo en la cancha aquello que tanto le costó conseguir.

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