La majestuosidad del Riksmuseum para la última cena de gala de la reina Beatriz en el trono. La monarca eligió el recién reciclado templo de Rembrandt, Vermeer, Jan Steen y Cuyp, los maestros del siglo de Oro holandés, para agasajar a las familias reales que asistirán a la ceremonia de investidura de Guillermo Alejandra y Máxima, su reina consorte.

Beatriz optó por una tiara, un vestido gris perlado y una estola para su última noche en el trono. La futura reina Máxima prefirió los diamantes: desde la tiara al espectacular collar y su pulsera, que resplandecían en el atardecer de Ámsterdam.

Un vestido strapless, colorado y con volados que caían hasta el piso fue el elegido para esta noche especial, donde Holanda tenía los ojos en ella. Las joyas eran espectaculares pero el vestido no es lo más elegante que Máxima ha usado en sus más de 10 años de princesa y su pelo rubio estaba rígido bajo la tiara. Guillermo Alejandro, el futuro rey, con riguroso smoking.

No habrá reyes entre los invitados al museo sino los jóvenes príncipes de las monarquías europeas, los amigos de los nuevos monarcas y parte de esta nueva generación Royal de alrededor de 40 años que sucederán a sus padres. Los reyes no están autorizados protocolarmente porque nadie puede ser en una noche tan especial alguien más importante que la soberana saliente.

Algunos rumores hablan de la presencia de algunos miembros de la familia Zorreguieta. Como no es un acto de estado sino privado de la Casa Real, ellos no tienen dificultades en participar.