Manuel Mendoza explicó que “la Provincia no ha previsto ningún sistema de emergencia especial para atender las contingencias que se produzcan en las escuelas y son tratadas directamente por el 911. Como este servicio está colapsado, la solución de la municipalidad fue diseñar un procedimiento para filtrar las llamadas provenientes de las escuelas.

Estos casos de emergencias no puede ser filtrados, a las escuelas asisten los niños de la comunidad, que en cualquier ciudad seria del mundo serían una prioridad del sistema”.

“El Semáforo de la Salud, no solo es descabellado por su peculiar nombre, sino que el sistema en si es absurdo: El director de la Escuela debe dar aviso al 911 y catalogar si la emergencia es verde, que seria que es leve y que no necesita una atención inmediata, amarilla, que significa que es más grave y que debieran preocuparse, y roja, que significaría urgente” continuó explicando Mendoza.

Al mismo tiempo se preguntó “¿Qué cualidad profesional puede tener el director de escuela para realizar esta calificación?, ¿por qué se permite que se realicen estas distinciones entre las escuelas que pueden pagar y las que no un servicio de salud?.

Este sistema termina generando ciudadanos de primera y de segunda; los chicos que asisten a una escuela que pague un sistema de emergencias privado tendrán garantizada su asistencia médica, ya que el servicio asistirá ante cualquier llamada. Sin embargo, los chicos que asisten a las escuelas más humildes solo serán asistidos si las emergencias están catalogadas por el docente como urgentes.

Es extraño que esta medida absurda y sin sentido se aplique en una ciudad con un presupuesto de 600 millones de pesos y cuyo Intendente manifiesta pomposamente apoyar la educación. La Dirección de Escuelas debe tomar medidas inmediatas para desactivar esta propuesta y garantizar la seguridad de los chicos de las escuelas públicas más humildes. Los chicos son la prioridad siempre.