Aumenta el reciclado de envases agrarios

Aumenta el reciclado de envases agrarios

Hace unos días se celebró el Día Mundial del Reciclaje, cuyo objetivo es concienciar a la sociedad acerca de la importancia de gestionar adecuadamente los residuos y, de esta manera, contribuir a conservar el medioambiente.

Una buena parte de los mismos son generados por los sectores productivos, entre los que se encuentra el primario. De estos, tienen singular importancia los envases agrarios, aunque no son los únicos ni necesariamente los más relevantes de este sector. De su adecuada gestión; es decir, de la recogida, reciclaje o valorización energética, se encarga Sigfito, un sistema que lleva cerca de 20 años trabajando para que el campo español esté libre de envases.

El pasado año ha sido excepcional para toda la sociedad y sectores económicos. También para el agro, que ha reforzado su papel como sector estratégico. En este año de pandemia se han reciclado el 63% de los envases agrarios puestos en el mercado bajo el paraguas de Sigfito, lo que ha supuesto un incremento de tres puntos porcentuales con respecto a 2019. En total han sido cinco mil toneladas de envases depositadas en los también más de cinco mil puntos habilitados al efecto. Se trata de un sistema de gestión cada vez más eficaz, como lo confirma el continuo crecimiento en los últimos años. Solo hace cinco años la tasa de reciclaje era todavía del 48% con algo más de 3.300 toneladas recogidas. En el caso de Extremadura, en 2020 se gestionaron 280.513 kilos, un 4,3% más que el pasado año.

El crecimiento ha sido debido, entre otros factores, a un año con mucha pluviometría, lo que supuso mayores producciones agrarias. Por otro lado, la abundante lluvia potenció el crecimiento de malas hierbas, y esto generó un incremento en el consumo de herbicidas y, por tanto, en el uso de envases. Pero además de cuestiones meteorológicas, también ha aumentado la concienciación, como lo muestra que las empresas adheridas están incluyendo de forma voluntaria no solo los fitosanitarios, sino también los fortificantes y fertilizantes, a pesar de que en el momento actual no es todavía obligatorio.

Por otro lado, en 2020 se reciclaron más de 95% de los envases recogidos y se valorizaron energéticamente el resto. En particular todo el plástico y el metal recogidos son íntegramente reciclados, mientras que papel y cartón, de más difícil reciclaje en el caso de envases agrarios, son utilizados para la producción de energía. Para 2025 la Unión Europea tiene como objetivo una gestión del 65% de los envases agrario, y el 70% para 2030, lo que con la línea de crecimiento actual es un reto bastante accesible.

Esta gestión ha supuesto un ahorro en la emisión de siete mil toneladas de dióxido de carbono a nivel nacional. Esto implica que, además del impacto medioambiental por la retirada de envases del entorno y del impacto que pudieran tener los remanentes de producto en la naturaleza, se contribuye a paliar el cambio climático.

Sobre la futura Ley de Residuos aprobada en Consejo de Ministros, todos los envases agrarios van a tener obligación de estar adheridos a un sistema de gestión. A pesar de que es una Ley que da importantes pasos, ha dejado algunos problemas sin resolver. Por ejemplo, hay otros muchos residuos que quedan fuera del sistema, pero que son un problema para los agricultores y para el medio ambiente, como son los equipos de protección de agricultores, plásticos de acolchado, de ensilado, trampas de captura de insectos, tuberías de riego, etc. Es cierto que han dejado la opción abierta, pero al no estar cubiertos con una ley nacional, se plantea un serio problema en la armonización entre comunidades autónomas, lo que dificulta mucho su gestión al limitar la universalidad del modelo.

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