Arroyos, con caudal a pleno

Más de una veintena de localidades terminaron el año pasado en emergencia hídrica por la sequía. Las lluvias de los últimos días atenuaron el panorama.

El 2020 había cerrado con más de una veintena de municipios que declararon la emergencia hídrica por la escasez de agua en las zonas donde se encuentran las tomas de este líquido vital que después terminan potabilizando para el uso de los ciudadanos. No había grandes esperanzas respecto a las abundantes lluvias y los pronósticos apuntaban a una sequía generalizada que se extendería hasta el mes de marzo.

Con este panorama, los municipios enfrentaron la situación llamando a la responsabilidad de la población y prohibieron cargar todo tipo de piletas, el lavado de veredas, riego de parques, jardines, lavado de autos, entre otras actividades que demandaran el uso excesivo de agua. Algunas, como Campo Grande, hasta establecieron multas para quienes no respeten el uso racionalizado del tan importante líquido.

Sin embargo, los pronósticos fueron más favorables y las lluvias cayeron con abundancia en casi todo el territorio provincial desde la semana pasada por lo que varios de los arroyos desde donde se abastecen los pueblos misioneros recuperaron su caudal y la situación hídrica mejoró notablemente.

Es el caso de Capioví, por ejemplo, que fue uno de los mayores beneficiados en cuanto a la situación, así lo ponderó el administrador de la Cooperativa de agua del pueblo, Oscar Mario Vogt. El funcionario contó que en lo que va del mes cayeron más de 40 milímetros de agua ayudando a la crecida del arroyo Capioví, lo que trajo buenas expectativas de cara a lo que viene en los próximos meses.

“Con las copiosas lluvias que ha caído se puede trabajar todo el verano en cuanto a la potabilización del agua. Si bien va a continuar la emergencia hídrica como se había establecido por 90 días, lo que ha llovido en el último tiempo era algo que no estaba previsto y vino muy bien”, aseguró.

Además reflejó que durante el primer mes el uso racionalizado del agua fue acatado a rajatabla por la comunidad y eso permitió que nadie quede sin agua; ahora con el caudal del arroyo normalizado se puede trabajar mejor.

En este contexto, el intendente del municipio, Alejandro Arnhold, dispuso que vuelvan a trabajar los lavaderos de autos y que los residentes puedan limpiar veredas. Aún es materia de evaluación entre el alcalde y los directivos de la cooperativa si se va a permitir que puedan cargar piletas y piscinas, cosa que estaba totalmente prohibido.

También se destacó que el arroyo desbordó un poco por las abundantes lluvias de los últimos días pero que no hubo que evacuar vecinos por inundaciones.

Cabe recordar, por otra parte, que el Concejo Deliberante de Eldorado declaró el 26 de noviembre la emergencia hídrica por un período de 90 días en función de la dificultad que tenía la  Cooperativa de Electricidad de Eldorado (CEEL), empresa prestataria del servicio de agua potable, para poder captar agua del arroyo Piray Miní.

Las lluvias caídas en las últimas semanas cambiaron el panorama y el arroyo recuperó gran parte de su caudal, por lo que actualmente no existen grandes inconvenientes en la captación de agua para su posterior tratamiento y distribución por la red de agua potable.

En ese contexto, se espera que las precipitaciones y el mal tiempo continúen hasta la semana que viene.

Los municipios que cerraron el año pasado con una situación grave respecto a la sequía y al desabastecimiento del agua fueron: Bernardo de Irigoyen, Pozo Azul, San Pedro, Oberá, Campo Ramón, Caraguatay, Capioví, Santo Pipó, Colonia Victoria, Campo Grande, Salto Encantado, Guaraní, Aristóbulo del Valle, Dos de Mayo y San Vicente. Así también lo hicieron Montecarlo, Eldorado, El Alcázar, Campo Viera, Jardín América, Apóstoles y Profundidad.

El alivio tras la sequía

En Puerto Iguazú las intensas lluvias llegaron para resolver la problemática que generó la sequía en lo que respecta al suministro de agua potable para abastecer a los barrios que están dentro de la red de distribución.

El pasado 1 de enero, la planta potabilizadora salió de funcionamiento debido a la bajante abrupta que registró el río Iguazú, que pasó de 8,5 metros el 31 de diciembre a 6,7 metros el 1 de enero. Esto dejó sin margen a la toma de agua para continuar funcionando. El nivel del río continuó descendiendo hasta llegar a 5,1 metros el sábado 2 de enero, según los datos de Prefectura Naval Argentina.

Ante esta situación, desde el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (Imas) se puso en funcionamiento la balsa con un sistema de bombeo que se traslada hasta el centro del río para lograr sustraer el líquido vital para ser tratado en la planta potabilizadora y así ser distribuido. No obstante este sistema aún cuenta con fallas operativas y no es eficiente al 100%. Es por ello que durante varias semanas los barrios altos no contaron con agua lo que provocó el malestar de los vecinos.

El 11 de enero, la altura del río Iguazú volvió a subir y se mantuvo favoreciendo al trabajo de la planta potabilizadora. Y tras las intensas lluvias la altura del río alcanzó 14,4 metros superando la media normal que es de 13 metros. En tanto que en la medición de ayer alcanzó los 15 metros.

Desde Imas indicaron que la planta potabilizadora está trabajando al 100% produciendo 1.100.000 litros de agua. Sin embargo, las quejas de los vecinos persisten y esto se debe a los cortes en el suministro de energía eléctrica que no permiten un bombeo constante a las zonas altas de la ciudad.

Mientras que en Bernardo de Irigoyen se había declarado la emergencia hídrica desde mediado de octubre y el alivio llegó con las abundantes precipitaciones cambiaron notablemente la situación ya que se pudieron llenar los principales reservorios de la Cooperativa de Provisión de Agua Potable de Bernardo de Irigoyen Limitada (Coopabil).

De esta manera la entidad puede brindar sin inconvenientes el servicio a toda la población y hubo alivio entre las autoridades de la entidad que no podían ocultar la preocupación ante la crítica situación y el constante reclamo popular.

Irigoyen es una de las localidades que viene teniendo inconvenientes hídricos desde hace varios años y que se agravan cada verano ante la falta de lluvias. En varias oportunidades se tuvo que conformar comité de crisis para asistir a la población con el líquido vital, como se estuvo haciendo en octubre último y por casi un mes, donde intervinieron el Municipio, Bomberos Voluntarios y de la Policía de Misiones, Gendarmería Nacional y Ejercito Argentino e instituciones que colaboraron con Coopabil en el abastecimiento.

Con esta última crisis hídrica, en un trabajo en conjunto con el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (Imas), se pudieron hacer dos nuevas perforaciones y reacondicionar algunas que venían con inconvenientes. Es así que en el municipio hay once perforaciones activas conectadas a la red principal y que complementan el trabajo de la principal planta potabilizadora y de distribución de Coopabil.

Montecarlo, con restricciones

Frente al alivio de la prolongada sequía que afectó principalmente los pozos perforados y a los arroyos de donde se succiona el agua para a la red potable, en Montecarlo se mantienen las restricciones para no desperdiciar el agua en los domicilios.

A pesar de las intensas lluvias registradas en la región en las últimas semanas desde el Concejo Deliberante se decidió mantener la emergencia pero flexibilizarla.

En esta flexibilización se mantiene la prohibición del llenado de piscinas y piletas, quedando exceptuados el lavado de automóviles, el funcionamiento de lavaderos, la limpieza de veredas y frentes de las casas, el riego de calles y jardines, el riego de huertas familiares, higiene personal y alimentos.

Desde la Cooperativa de Electricidad de Montecarlo Limitada (CEML) sostuvieron que si bien el cambio fue significativo frente a la sequía y con la últimas precipitaciones se revirtió la condición extrema que afectaba el caudal de los arroyos, aún no fue suficiente para normalizar por completo el caudal de los pozos de profundidad, especialmente en la colonia Guaraypo y la localidad de El Alcázar. Por ello instan a la comunidad a seguir realizando uso medido y responsable del recurso hídrico, e insisten a todos los usuarios que cuenten con el tanque de reserva domiciliario con un sistema de cierre automático mediante flotante en correctas condiciones de funcionamiento.

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