Argentinos soñando por una medalla

Argentinos soñando por una medalla
Por Hernán Sartori.

Ginóbili, Aymar, Scola y Rebecchi en la antesala del gran día. Desde las 16, Las Leonas buscarán el oro ante Holanda. Y a las 17, el equipo de básquet enfrentará al Dream Team.

Parece mentira que no haya siquiera una nube. Son las 14.15 en la zona internacional de la Villa Olímpica, esa mini Naciones Unidas del deporte, y el calor de los rayos devuelve a la memoria que el verano boreal puede ser amistoso. Emanuel Ginóbili, Luciana Aymar, Luis Scola y Carla Rebecchi se broncean un ratito mientras se larga la producción fotográfica.

Es el día después de dos grandes triunfos de equipos con mística.

Es el día antes de que Las Leonas vayan, desde las 16 de la Argentina, por la esquiva medalla de oro en la final contra Holanda, rival clásico de los últimos años en el hóckey sobre césped. Es el día antes de que la Generación Dorada salga a jugarle de igual a igual a Estados Unidos, desde las 17, en una semifinal del básquetbol.

“Está claro que queremos ganarle a Estados Unidos porque nos aseguraríamos una medalla y en la final no los tendríamos de nuevo enfrente.

Tenemos no más del 5 o del 10 por ciento de las chances. Son pocas pero alguna hay y vamos a dejar todo como siempre ”, dice Manu , el estilista del equipo, el abanderado en Beijing 2008. Y le pasa la posta a Lucha , sucesora en la ceremonia inaugural de 2012.

“Ya hicimos lo más duro, que fue pasar a la final. He jugado contra una Holanda casi imbatible en Beijing. Esta es una Holanda mucho más joven. Ahora hay que soltarse.

Si queremos jugar la pelota todo el tiempo podemos hacer un gran partido.

Ellas van a armar una estrategia para marcar diferentes rutas nuestras, así que tenemos que pensar qué hacer”, avizora Aymar, la fantasista, la mejor del mundo.

Scola puede medir 2,06 metros pero los mueve con tanta agilidad que parece una ilusión óptica. Rebecchi puede parecer diminuta pero se prende en el roce físico con sus rivales y se agiganta en el área. Ambos se la juegan en el desafio que se les presentó a sus selecciones. “En un torneo con tan pocos equipos hay que enfrentar a quien te toca y no se pueden elegir rivales ”, explica Luifa , el gran capitán. “Me gusta jugar contra Holanda y no quería que perdiera la semifinal. Nos conocemos bastante, será muy duro, muy dinámico y de ida y vuelta, pero si hacemos nuestro juego, si estamos bien paradas en la cancha, les podemos ganar ”, comenta Rebecchi, una de las goleadoras ante Nueva Zelanda.

Las Leonas quieren saber de qué metal será su histórica cuarta medalla olímpica , después de la plata lograda en Sydney 2000 y los bronces de Atenas 2004 y Beijing 2008. ¿Cómo evalúa Aymar la evolución del grupo que lidera? “El equipo de Sydney fue una sorpresa porque no nos esperaban en la final.

Hoy Argentina es sólida y todas las jugadoras son realmente muy parejas, hábiles e inteligentes , y tienen la actitud de aquel equipo”.

El alma de la Selección de básquetbol buscará nutrirse de su tercera presea , para acomodarla junto al inolvidable oro de Atenas y al bronce de Beijing. ¿Se puede valorar de qué se habla cuando se habla de historia pura? “Si te ponés a pensar, decís: ‘Estamos en las semifinales de un Juego Olímpico por tercera vez seguida’. ¿Cuántos equipos pudieron hacerlo? Es algo muy grosso.

No me sorprende haberlo conseguido, pero hace 15 años era imposible pensar que esto se podía lograr ”, opina Ginóbilli.

Manu y Scola llegaron primero a la producción fotográfica organizada por el Comité Olímpico Argentino a un costado de la cafetería de la zona internacional de la Villa. Se apostaron contra una baranda de una rampa. Comparten una pieza en un departamento para seis jugadores y se conocen bien. Aparecieron Aymar y Rebecchi. El celeste y el blanco dominan en la ropa. C ontagian optimismo.

" Prefiero estar y perder con este equipo que no estar , porque se aprende, se valora al de al lado y hay abrazos que significan mucho”, reflexiona Ginóbili. “ Es una alegría increíble tener una medalla asegurada , más allá de que queremos ir por el oro”, apunta Rebecchi. “ Estamos a un partido de llevarnos una medalla y ese era el objetivo inicial . Vamos a buscarla. Nos quedan dos partidos para obtenerla”, se anota Scola. Y cierra Lucha : “ Habrá presión y tensión porque se viene una final olímpica.

Por más que sea mi cumpleaños, será un día más hasta que termine el partido”.

Lo dice y se va del sector olímpico. Scola parte hacia un cajero y Ginóbili y Rebecchi regresan al edificio. Saben que no hay peor lucha que la que se abandona. Van hasta la victoria, siempre. Pero ellos y ellas ya escribieron un legado épico para el deporte argentino.

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