Argentina sigue con la sequía: empató con Paraguay en Asunción

Argentina sigue con la sequía: empató con Paraguay en Asunción

Un paso de hormiga, un avance de caracol. Así de lenta y retrasada empezó la Argentina las eliminatorias. Lo de anoche fue más digno que lo de Ecuador, si es que existe algo más subterráneo que lo hecho el jueves en el Monumental.

En emergencia futbolística y con una formación emparchada, el equipo al menos dio la cara, no se escondió. Insuficiente para adornarla con una sonrisa, pero con gesto menos mustio que el que traía.

Dos partidos con un solo punto y sin goles en 180 minutos es un balance muy pobre. Sin Messi y Agüero, apartadoHiguaín, desenfocado Di María, la Argentinano tiene pólvora. Le cuesta una enormidad encontrar el arco. Y no hay que caer sobreTevez, si bien tuvo una ocasión y se le fue por arriba. El Apache se pareció al de Juventus, al de Boca. Se prodigó, se metió en partido, bajó a esa zona intermedia en la que es un revulsivo. Barrió el frente de ataque y generó las mejores ocasiones. Se llevó un codazo de Cáceres en el rostro y sólo si estaba exhausto se puede justificar su reemplazo a 15 minutos del final.

Tibio, animándose de a poco el seleccionado. La derrota con Ecuador resintió la confianza y los numerosos cambios (5) restaron soltura y coordinación en el comienzo. Más que a imponer condiciones, el seleccionado entró en plan de estudio. Con Kranevitter y Mascherano tirando el ancla en la zona media. Le llevó un tiempo al equipo amigarse con la pelota, asociarse, no caer en la tentación del pelotazo. También costaba disimular cierto nerviosismo e imprecisiones con la pelota.

El Paraguay de Ramón Díaz, consciente de que recibía a un rival herido, buscó hacerle daño. E intentó ser pulcro con la pelota, disputó el control y la iniciativa. Sorprendió con Derlis Gonzálezde enganche, capaz de preocupar con su buena técnica y toque a Mascherano.

Le llevó un tiempo a la Argentina juntarse alrededor de la pelota, erradicar algunos intentos individuales solitarios. Defensivamente, la firmeza de Otamendi ayudó a que Funes Moripudiera complementarse. Por las bandas, otra vez no hubo la consistencia deseada.

Tevez se dio el gusto de jugar de lo que más le gusta. Retrocedió para ofrecerse y participar en la creación y el último. Y en esa función le robó el papel al desaparecido Pastore. Desde tres cuartos de campo, Tevez le dio tres asistencias a Lavezzi en el primer tiempo. El Pocho no estuvo potente ni certero en la definición. Fue la mejor fórmula de ataque, más allá de un error de Samudio, que le dejó una pelota y Di María aprovechó para un centro que Tevez conectó de cabeza por encima del travesaño.

El partido fue mayormente parejo, cada uno tenía su momento, amenazaban más de lo que concretaban. Paraguay tuvo una baja importante con el lesionado Ortigoza. Se quedó sin el jugador con más panorama y pase.

El segundo tiempo fue más desordenado. Se empujó más de lo que se jugó. Insostenible la presencia de Pastore, Martino lo reemplazó por Lamela. La rueda de cambios delineó una formación poco habitual de la Argentina, con Lamela, el debut de Dybala, Gaitán. A ellos había que agregarles que Otamendi y Kranevitter aparecieron de arranque para tapar huecos. El partido estaba sobre un hilo en el final. Funes Mori evitó el gol con un cruce salvador y Dybala pudo tener una presentación soñada que desperdició con un derechazo desviado.

En un Defensores del Chaco calmo, que lejos estuvo de ser una caldera, la Argentina se vuelve con un empate trabajado, a pulmón, con más entrega que inspiración. Noviembre traerá a Brasil y Colombia. Esta doble fecha inicial fue un dolor de cabeza para la Argentina. Todavía sigue en busca del remedio.

Comentá la nota