A 4 años de la tragedia de La Elena, las picadas siguen azotando a Tandil

La avenida Jujuy, donde ocurrió el luctuoso accidente.

El 12 de noviembre de 2007 la ciudad se conmocionaba con la muerte de 3 jóvenes en los "toboganes". Garantías hizo un sobreseimiento parcial y el fiscal apeló. Luego vendrá el debate en el fuero Correcional.

Un día como hoy, hace 4 años, Tandil se conmocionó con el accidente fatal de "La Elena": un auto marca "Torino" chocó con un pelotón de motos que venía corriendo picadas y el saldo fue la muerte de Matías Chantada (16), Diego Precioso (14) y Gustavo Bauer (23).

El dolor de las familias resultó inconmensurable, y el tema de las corridas ilegales se puso en el centro del debate local. Hubo marchas a la Intendencia pidiendo controles efectivos. Y un clamor por evitar más pérdidas humanas.

Lo cierto es que, como una preocupante paradoja del destino, la semana que pasó volvió a poner a las picadas en las páginas de los diarios locales. El caso de la Ruta 226 y Espora, donde hubo un herido y dos ciclomotores secuestrados por la Policía, acaso demostró que la inconciencia ganó la batalla y que la partida de los chicos, el 12 de noviembre de 2007, de poco sirvió para terminar con el flagelo.

A todo esto, el accidente ya fue investigado por el fiscal Luis Piotti, quien caratuló el hecho como “homicidio culposo agravado y Lesiones culposas agravadas”. Cabe señalar que el instructor pidió la elevación a juicio, con vistas a que los episodios se diluciden en el fuero Correccional.

Sin embargo, de acuerdo a lo que pudo conocer LA VOZ, el expediente todavía permanece en una etapa intermedia del proceso.

Se debe a que la jueza de Garantías, Stella Maris Aracil, realizó un sobreseimiento parcial en algunos de los hechos tipificados por el fiscal. Entonces el doctor Piotti, en mayo de este año, recurrió a la Cámara de Apelaciones, ratificando en un todo sus actuaciones.

Por eso se aguarda que la Cámara defina sobre los sobreseimientos y finalmente la causa arribe al juicio, que podría recaer en el juez en lo Correccional, Carlos Alberto Pocorena.

Más allá de la órbita jurídica que tiene la potestad de esclarecer que pasó aquella madrugada fatídica, los familiares de Santiago Chantada, quien hoy tendría 20 años de no ser por el lamentable episodio, decidieron no emitir declaraciones a la prensa. Fueron ellos quienes en las semanas posteriores al accidente se movilizaron por una respuesta oficial en torno a las malditas picadas. Y transcurrido el tiempo, íntimanente sienten que las autoridades no tomaron nota del problema y las competencias clandestinas siguen sucediéndose sin solución de continuidad.

Al conductor del "Torino" se le atribuye que el 12 de noviembre de 2007, alrededor de la 1.50, condujo un forma “imprudente, negligente y antirreglamentaria” un Renault Torino coupé, dominio RWD 901, por Juan B. Justo (en dirección Tandil hacia el paraje La Porteña), llevando como acompañante en el asiento delantero al menor de edad Isaías Santiago Chantada, circulando con sólo una de las dos luces de avance encendida, la que a su vez se hallaba tonalizada de color azul, con vidrios laterales polarizados y sin poseer cinturones de seguridad en los asientos delanteros.

Al tiempo de arribar a una de las lomas del lugar referenciado, ascendió excediendo la velocidad que las circunstancias imponían y manteniendo el costado izquierdo del vehículo sobre la zona central de la calzada, produciendo de ese modo que al tiempo de llegar a la cima colisionara con una motocicleta marca Honda XR que venía en sentido contrario, tripulada por Gustavo Javier Bauer y con Débora Soledad Corradi como acompañante, la que circulaba junto a un considerable número de otras motos.

Seguido a ello y luego de transitar unos 39,60 metros, efectuó una maniobra hacia la izquierda, en un aparente intento de esquivar una motocicleta marca Zanella, en la que iban el menor Diego Fabián Prezioso, con Nicolás Daniel Martka de acompañante, circulando a contramano, es decir sobre el carril de avance del Torino, lo que llevó a que el rodado menor impacte sobre la puerta lado del acompañante del auto, que se había abierto por las fuerzas intervinientes en los desplazamientos. La apertura de la puerta produjo a su vez la expulsión del menor Chantada, quien quedó debajo de la trayectoria del Torino, siendo arrollado por el mismo.

A raíz de los impactos y maniobras, el coche salió hacia la banquina contraria deteniéndose contra una arboleda del lugar.

Comentá la nota