Los amoríos de la primera dama francesa, revelados en un libro

Los amoríos de la primera dama francesa, revelados en un libro
Por María Laura Avignolo

Se acaba de publicar. Valerie Trierweiler inició un juicio contra los autores por “difamación”.

¿“ Ménage a trois ”? Es lo único que le faltaba a su imagen de presidente “normal”. La pareja presidencial de François Hollande y Valerie Trierweiler está nuevamente bajo presión mediática después de la aparición de “La Frondeuse”, una biografía de la primera dama de Francia, que no sólo relata su vida sino sus supuestos amantes a la derecha, a la izquierda, al centro y en simultáneo.

Según la biografía, cuando Valerie era cronista parlamentaria para Paris Match , mantuvo entre 1998 y 2004 un largo affaire con Patrick Devedjian, el ex ministro conservador y mano derecha de Nicolas Sarkozy, que estaba casado desde hacía 30 años. Como ella impuso un ultimátum y él no abandonó a su mujer, Valerie inició un vínculo simultáneo con el entonces diputado socialista Hollande, que vivía con la ahora ex candidata presidencial, Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos. Un flirt que se habría desarrollado paralelamente al otro entre el 2000 y 2004.

El triángulo amoroso se desarmó cuando el vínculo con Hollande se hizo más fuerte, él abandonó a Ségolène y Valerie inició su divorcio de Denis Trierweiler, editor de Paris Match , que finalizó en 2010.

Valerie ha decidido iniciar un proceso por “difamación y atentado a la vida privada” contra Alix Bouilhaguet y Cristophe Jakuybyszyn, autores del libro y periodistas políticos, después de las embarazosas confidencias y por afirmar que tuvieron entrevistas con ella, que aparentemente no existieron, al menos “on the record”. Patrick Devedjian habría adoptado la misma actitud, pero el presidente Hollande permanece impasible. El palacio del Eliseo ya ha hecho saber que no iniciará ninguna acción en la Justicia por la biografía.

La seducción de Valerie habría sido irrestible aun para Sarkozy. En una fiesta en el Elíseo y de la mano de su ex mujer, Cecilia, el entonces mandatario le habría susurrado al oído a Valerie: “¡Qué bella eres!”. Ella lo miró helada, según La Frondeuse.

La polémica ahora está centrada en los autores del libro: si Valerie los recibió o no. Jakubyszyn, editor político del canal francés TF1, aseguró que tuvo varios encuentros exclusivos con la primera dama, a quien considera su amiga. “Por información de los televidentes, uno tiene permitido romper la regla del off the record”, dijo. Bouilhaguet es uno de los principales periodistas políticos de la cadena 2 y de LCD.

La biografía relata desde la infancia hasta la conflictiva relación de Valerie con sus jefes y sus compañeros en Paris Match, donde es detestada . En la campaña presidencial echó a Sylvie Santini, “una reportera experimentada y con escrúpulos que cubría la izquierda” en la revista, porque habló de la “pareja Hollande”, en relación a Royal. La situación era tan incómoda para los jefes de redacción de la revista, que seguir la campaña con Valerie se convirtió para los reporteros en una misión de “voluntarios, como en el ejército”.

Paris Match no quería un enfrentamiento con Hollande ni los socialistas porque la revista está frívolamente ligada al poder al igual que el grupo Lagardere, sus dueños. Finalmente ella logró una rúbrica de una página en Cultura, donde escribe dos veces por mes .

La campaña electoral y el rol de Valerie en la designación del gobierno también es disecado por los autores. Recuerdan un incidente en Córcega, que se podría haber convertido en una catástrofe. Ella exigió “dos horas a solas” con Hollande en medio de una gira y lo llevó a comer a un restaurante frente al mar. Uno de sus actuales ministros se da cuenta de que “Valerie tomó el riesgo de provocar el paso en falso de la campaña: la playa, el mar, el vino y las especialidades locales para una pareja enamorada. Una sola foto causaría un incidente mediático”, dice la biografía. El alcalde local debió organizar toda su red “para ‘aislar’ el restaurante, neutralizar a los periodistas, ciudadanos y a los celulares”.

Hasta ahora, Valerie Trierweiler era el personaje más detestado por la opinión pública francesa , después de su infame Twitter a Ségolène, cuando dijo que apoyaba a su rival en los comicios legislativos. La acusan de enlodar la figura presidencial, reverenciada en Francia, y romper el vínculo entre el presidente y sus cuatro hijos. Su presencia y sus caprichos provocaban sudores fríos a los del equipo electoral y en el Elíseo. Ahora su vida privada está bajo la lupa, sin la menor piedad.

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