Ailín reveló que podían matarla y apuntó a un ex empleado detenido

Ailín reveló que podían matarla y apuntó a un ex empleado detenido
El sospechoso trabajaba en la carnicería donde el jueves la mataron, y a quien la víctima despidió en noviembre pasado por una supuesta estafa. Desde entonces, la joven era amenazada.

El hombre sospechado de haber participado en el homicidio de Ailín García está detenido y es un ex empleado de la carnicería donde la víctima, a cargo del negocio junto a su hermano, lo despidió a fines del año pasado. Desde entonces la joven era amenazada, a tal punto que, días antes de su muerte y por lo que declaró una testigo, Ailín llegó a confesar que si algo le pasaba sería el sospechoso, el responsable.

“Hay fuertes indicios que lo vinculan directamente. Existe sospecha suficiente para indagarlo”, dijeron ayer fuentes judiciales consultadas por La Mañana de Neuquén.

Esa diligencia procesal se realizaría en las próximas horas ante el juez de Instrucción Mauricio Zabala, que interviene en el caso, junto al fiscal Maximiliano Breide Obeid y policías de Seguridad Personal y Comisaría Segunda.

Descartada la hipótesis del robo, la línea de investigación más fuerte que se sigue habla en principio de un supuesto crimen por venganza, donde el encono del homicida estuvo particularmente centrado en la víctima, a quien conocía por haber sido empleado de la carnicería El Inicio, donde ella trabajaba junto a su hermano, mayor que ella. El comercio está ubicado en las calles Libertad y Lisandro de la Torre, del barrio Belgrano.

“Toda la familia estaba siendo amenazada y les pegaron donde más les duele: la hija. Los padres están destrozados”, trascendió de fuentes cercanas al círculo más íntimo.

De acuerdo a la investigación que se sigue, el sospechoso había sido despedido por la joven, de 21 años, en noviembre pasado cuando ella y su familia aparentemente descubrieron que los había estafado con dinero.

Más aún, trascendió que se trata de acceder a una presunta denuncia por defraudación radicada en la Comisaría Tercera en su contra, por un monto de unos 5 mil pesos.

A partir de ahí, una vez que el sospechoso fue despedido, el negocio de la familia comenzó a ser blanco de varios robos extraños. En una oportunidad, se indicó que se llevaron algunos pollos y dejaron hornallas encendidas.

Entonces no se habría podido establecer quién había sido.

El homicidio que se investiga fue descubierto alrededor de las 13 del jueves, en la planta alta de la carnicería, que también es frigorífico. Fue su propio hermano cuando, al buscarla, encontró a la víctima boca abajo, atada de pies y manos, amordazada y con dos disparos en la cabeza, a la altura de la nuca. Para inmovilizarla, el autor utilizó prendas de vestir que encontró en el lugar. También y según fuentes judiciales, presentaba un golpe en la cabeza. No se sabe si antes o después de haber sido maniatada.

Los disparos que recibió son de calibre 22, igual que las municiones que la Policía secuestró en uno de los tres allanamientos que el jueves realizó en el barrio Cuenca XV. La joven yacía en el piso, en una habitación que hace las veces de depósito, donde se guardan abrigos y otras cosas.

En uno de esos procedimientos fue ubicado el ahora detenido. En cuanto al hombre que había sido aprehendido cerca de la escena del crimen y que contaba con un pedido de captura de la Justicia de la provincia de Córdoba, ayer se informó que quedó descartada su vinculación con el homicidio.

Cómo entró el asesino

Según fuentes con acceso al caso, la persona que asesinó a Ailín “conocía bien el lugar, no entró por los accesos convencionales y con cámaras de seguridad”. Por tanto, no hay registro fílmico, aunque de haber ingresado por algunos de estos, tampoco se hubiera contado con ese material porque no estaban grabando.

No obstante ello, se indicó que hay registro físico en el lugar. En principio, quien haya sido la persona que mató a Ailín lo hizo por la puerta que da a la terraza. Ésta fue forzada. Comunica directamente con las oficinas de la planta alta de la carnicería y está pegada a la habitación donde encontraron a Ailín.

Hasta allí llegó el asesino por una casa lindante, trepando hasta ganar el techo.

Todo indicaría que a la hora de atacar a la víctima, la sorprendió cuando ella estaba en una computadora y que escuchaba música con los auriculares puestos.

Su hermano estaba abajo y no habría escuchado nada que llamara su atención. Su madre justo se había ido a cocinar y su padre, de viaje en Río Colorado, recibió la peor de las noticia por radio.

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