Mientras las familias, desesperadas, recurren a la justicia con recursos de amparo para que los pacientes accedan a las terapias y que los Estados corran con los gastos, los laboratorios realizan “un negocio fabuloso”.
Mientras las familias, desesperadas, recurren a la justicia con recursos de amparo para que los pacientes accedan a las terapias y que los Estados corran con los gastos, los laboratorios realizan “un negocio fabuloso”.