Sin embargo, todas las precauciones parecen no ser suficientes ya que todos los fines de semana tienen que realizar algún rescate de emergencia, tal cual ocurrió ayer.

Ariel Omar Abdala, jefe del GER, informó que “cerca de las 18 de ayer, un menor de 12 años del barrio Belén, que estaba en compañía de su hermana menor (15), hizo caso omiso a la señalización de la zona de peligro y se tuvo que hacer un rescate de emergencia”.

Ante esta situación, Abdala llamó a la reflexión a los adultos. “Si vienen menores lo tienen que hacer con alguien responsable, porque sino ocurren estas cosas. Por suerte el rescate fue todo un éxito con la colaboración del Sease”, señaló. Los bañeros del GER se ubican en el cauce del río Dulce “por cualquier emergencia”. No obstante, “los sectores de mayor profundidad están delimitados con banderines anaranjados y cintas de peligro, prohibiendo el ingreso a estos lugares que son de alto riesgo”, dijo Abdala.

Manifestó que para fines de diciembre y principios del mes de enero, “siempre aumenta el caudal del río y llegan las crecidas, por eso es importante que la gente haga caso a las advertencias que les hacemos para evitar las tragedias”.

Remarcó que en esta época del año aumenta la concurrencia a este sector de la ciudad, y resaltó que los mayores inconvenientes se ocasionan con “la gente alcoholizada, porque siempre están reticentes a hacer caso a los bañeros e ingresan al río sin medir las consecuencias”.

El punto en común de todas estas situaciones dijo que es “la imprudencia”, porque la gente actúa “sin importarle las advertencias que se les hagan desde el GER, sobre todo en el caso de los menores”.