Cuentan que a Roberto Gómez Bolaños le gustaba repetir una anécdota: en un hospital, un viejito no podía hablar, pero le brillaban los ojos cada vez que en la pantalla aparecía El Chapulín Colorado. Pasaron meses y los médicos no podían creer lo que estaban viendo. El paciente volvió a abrir la boca y dijo una sola palabra: “Chapulín”.

Roberto Gómez Bolaños, por todos conocido como El Chavo o Chespirito, murió a los 85 años en su casa de Cancún. Lo confirmaron cerca de las 14.30 familiares del actor, diciendo sólo que el comediante había fallecido a causa de una falla cardíaca y rodeado de sus afectos.

Públicamente, la noticia la dio a conocer Joaquín López Doriga, un conocido conductor y periodista mexicano. Lo hizo utilizando su cuenta de Twitter donde escribió: “Roberto Gómez Bolaños murió a los 85 años”.

Desde mediados de 2009, Chespirito venía arrastrando problemas de salud que más de una vez ocasionaron la falsa alarma de su muerte. Por esos días, cinco años atrás, había tenido una complicación a raíz de un problema en la próstata. Luego llegarían los serios inconvenientes respiratorios que determinaron su urgente mudanza de Ciudad de México a Cancún, su último hogar. Allí -virtudes del clima-, dejó de usar el tubo de oxígeno que lo acompañaba a todas partes y le aliviaba su fatigada respiración.

Se supo que últimamante no caminaba y por eso se le veía en una silla de ruedas.

Twitter lo mató antes de tiempo en distintas ocasiones. En una de ellas, el propio Gómez Bolaños salió a desmentir la especie en un programa periodístico, donde aprovechó para decir que a su rosario de sufrimientos cotidianos se le sumaba “un problema en los oídos”

El creador de entrañables personajes como "El Chavo del 8" y "El Chapulín Colorado" había comenzado su carrera entre 1960 y 1965 haciendo guiones y canciones para los programas cómicos de lo que actualmente es la cadena Televisa. Tres años después, en 1968, y luego de abandonar una posible vida de boxeador profesional, arrancó su carrera actoral.

Con casi medio siglo de carrera, antes de dedicarse a la actuación, también se recibió de arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), profesión que nunca ejerció. Había nacido en Ciudad de México un 21 de febrero de 1929. A las 17.53 hora argentina, Wikipedia ya había publicado el día de su muerte.

Actor, comediante, dramaturgo, compositor, director, productor, guionista, publicitario. Todas las especialidades del mundo de la televisión le fueron propias.

Desde hacía diez años estaba casado con la entrañable Florinda Meza, que en la ficción del El Chavo fue (y será) Doña Florinda. Meza fue su segunda mujer, ya que antes había estado casado con la escritora Graciela Fernández, con quien tuvo seis hijos.

Una curiosidad fue el apodo: Chespirito surgió de un director de cine mexicano, quien había tomado la pronunciación diminutiva de Shakeaspeare y lo había bautizado así por su tremenda capacidad de producción artística, además de su pequeño tamaño.

Poco días atrás, Rubén Aguirre, el inefable “Profesor Jirafales, dijo en una entrevista que Gómez Bolaños tuvo el buen tino de terminar El Chavo antes de que la serie fuera cuesta abajo. “Roberto, siempre con esa inteligencia que lo caracteriza, quiso dejar el programa en la cumbre. Todo lo que hubiéramos hecho después de eso era bajar. Cada día que pasaba a los actores nos costaba más hacer el papel de niños", contó el actor más alto de América Latina.

El profesor Jirafales y Edgar Vicar, el Señor Barriga, fueron amigos de Chespirito dentro y fuera del set. Ambos, en 2012, encabezaron un enorme homenaje que se le hizo en su país. Muy distinta fue la relación de Chespirito con Carlos Villagrán (Quico) y con María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), con quienes tuvo prolongadas disputas legales por los derechos de ambos personajes.

En 1970 nació el personaje del Chapulín Colorado. Pegadito, un año más tarde, llegó El Chavo. Los dos funcionaron maravillosamente bien en lo que era la Televisión Independiente de México, un canal que duró hasta 1972 -después se fusionó con otras empresas-. El programa de Chespirito se dividió en dos: media hora para El Chavo, media hora para El Chapulín.

Siendo muy famoso tuvo que salir a negar haber actuado en una fiesta infantil del hijo de Pablo Emilio Escobar. De manera terminante negó su contacto con el narcotraficante. También tuvo que salir al cruce de haber actuado en Chile mientras el país trasandino padecía el regimen pinochestista.

A lo largo de su artística vida, escribió obras de teatros y un particular poemario llamado "Y poemas también". Además, se metió en política dándole su apoyo público a candidatos conservadores y enfrentándose con la centro-izquierda mexicana.

El suceso que tuvo "El Chavo" en toda la región lo llevó a prolongar su caracterización hasta cumplidos los 60 años. En ese momento anució su retiro definitivo con una frase decisiva: "Es estéticamente desagradable seguir interpretando a un niño de ocho años".