Abandono y desidia: así se trabaja en el Cementerio Parque municipal de Mar del Plata

Abandono y desidia: así se trabaja en el Cementerio Parque municipal de Mar del Plata

En una recorrida por el lugar, 0223 conversó con empleados. Denuncian falta de materiales, indumentaria y personal. "A la tarde esto es tierra de nadie", explican. 

 

Ubicado sobre el final de la avenida Antártida Argentina, el Cementerio Parque municipal de Mar del Plata poco a poco "se cae a pedazos". Pareciera que la propia ubicación, alejada del centro de la ciudad, provoca que el municipio olvide su existencia.

La falta de iluminación en determinados sectores, la mampostería de los techos que se cae con frecuencia, los vidrios rotos, la humedad, la ausencia de pintura, son sólo algunos rasgos del abandono que sufre el espacio donde yacen los restos de decenas de marplatenses.

En una recorrida por el lugar, 0223 conversó con trabajadores del Cementerio quienes denuncian falta de elementos de trabajo, indumentaria, materiales y personal de seguridad, entre otras cosas. Afirman que trabajar allí se convirtió en un calvario.

 

"Esto es tierra de nadie", contó Miguel Lorenzo, capataz general. Es que después de las 13, sólo trabaja allí personal de guardia y la falta de presencia policial hacen que delincuentes ingresen a robar a los familiares de los fallecidos y hasta sustraigan parte de las lápidas.

El único espacio donde hay seguridad es la caja, la parte de tesorería. "Pero afuera ellos no pueden hacer nada", sostuvo el hombre.

La falta de luminaria, principalmente en dos de los sectores de nichos, empeoran la situación y hacen que después de las 19 se convierta en una "boca de lobo". "El único sector que tiene luces es el redondo que se hizo hará 5 o 6 años", señaló Lorenzo y explicó que en los sectores G y E se robaron los reflectores y hasta placas misma de los nichos.

"Esto es tierra de nadie"

Otro de los problemas es el agua que ingresa a diversos lugares y provoca que con cada lluvia buena parte del cementerio quede inundada.

 

Sumado a la desidia edilicia que reina en el lugar, los trabajadores denuncian precarización laboral y falta de personal. "No hay presupuesto, los chicos reducidores necesitan cada 3 o 4 meses ropa, pero no se la dan, siempre tienen un pero", señaló por su parte Juan Carlos Mendiguru, delegado, y explicó que tampoco se les entregan los insumos y materiales necesarios para desarrollar sus tareas.

"Falta mucha gente para trabajar", agregó el hombre y sostuvo: "Terminó el 2018 y todavía no nos dieron la ropa". Tanto en la parte de los nichos, como en sepultura y en el horno crematorio no se alcanza a cubrir el cupo que debe tener el cementerio.

Es gracias al esfuerzo de los propios trabajadores que el espacio puede seguir funcionando y abriendo sus puertas, pero realmente "la situación es muy mala".

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