La situación se repite en arterias, algunas de ellas principales, de los sectores de San Roque, Cremonte y San Jerónimo. Habitantes piden soluciones frente a las grandes lagunas que se forman a sólo metros de sus casas. El acceso a las viviendas se torna una travesía.
Luego del fin de semana lluvioso, diversos barrios de la capital correntina continúan con serios problemas de transitabilidad por el estado de las calles. Y a pesar de que ya pasaron varios días desde la última caída de agua, el panorama preocupa a los vecinos, quienes reclaman mejoras porque llegar hasta sus viviendas se convierte cada vez más en una travesía.
Las quejas, todas similares, se repitieron ayer por ejemplo en tres barrios de la ciudad: en el San Roque, en el San Jerónimo y en el Cremonte. Vecinos de dichas barriadas se comunicaron con la Redacción de época para transmitir su descontento frente a lo que “venimos soportando hace tiempo con cada lluvia, y esto se agrava hace por lo menos un año”, dijo Aldo, uno de los habitantes del San Jerónimo, donde como se puede observar en la fotografía se forma una amplia laguna que dificulta el paso de los vehículos.
El problema se repite a sólo pocas cuadras de la Casa del Bicentenario ubicada por avenida Centenario y las calles instransitables de ingreso al barrio.
“La laguna de grandes dimensiones está por calle Lastra, entre Laprida y Centenario, por donde tenemos que atravesar y ya muchos vehículos se han quedado por el fango”, señaló otro de los habitantes del lugar.
En tanto, situación similar ocurre en el barrio San Roque Oeste, donde también se forman grandes cúmulos de agua que impiden el paso por ejemplo en la calle Atacama y Río Miriñay. “No tenemos veredas, ese es otro de los problemas y tampoco hacen el zanjeo correspondiente, además a la noche esto es una boca de lobo, por la oscuridad”, dijo Oscar, uno de los vecinos que habita a un poco más de 100 metros de la avenida Maipú.
En cuanto a la falta de iluminación, éstos contaron que la medida que adoptan es que cada vecino encienda las luces externas de su hogar, sin embargo no es suficiente ya que por ejemplo por Río Miriñay existe una cuadra donde la calle se vuelve más angosta debido a una especie de enrejado que tienen en ambos laterales de esa arteria, propio de la edificación de casas de la zona, por lo que el transitar por allí se convierte en un peligro en horas de la noche.
Durante la jornada de ayer habitantes del barrio Cremonte, a pocos metros de la Ruta Nº5, manifestaron también su descontento por el estado de la mayoría de sus calles, las cuales según señalaron “están cada vez peor y necesitamos que pase algún camión municipal empareje y desagote el agua acumulada que se forma con cada lluvia”.
—Denuncian estafa por venta de lotes inundables
Un caso similar al ocurrido a un grupo de familias que habita en el barrio Parque Cadenas Sur - quienes denunciaron meses atrás a una inmobiliaria -, se dio a conocer ahora pero en el barrio San Roque, donde unas 30 familias se encuentran en una situación desesperante ya que dicen sentirse “estafados” por una inmobiliaria que les vendió lotes en un terreno inundable.
El incidente fue denunciado ayer, cuando los damnificados contaron que hicieron un plan de pago de 144 cuotas de 1.500 pesos mensuales por cada lote ubicado a una cuadra de avenida Maipú, detrás de los galpones de la línea de colectivos 103.
“Antes de firmar la boleta, la inmobiliaria nos prometió que nos iban a poner todos los servicios y que iban a rellenar el terreno para que no se nos inunde. Hoy la situación es completamente distinta, caen dos gotas y estamos bajo agua. No tenemos siquiera cloaca”, manifestó uno de los compradores.
Además de ello aseguran que el vendedor había prometido que la calle que atraviesa los terrenos sería asfaltada de forma inminente. “Hace dos años y medio estamos así y nunca pasó nada. Nos vendieron algo como de primer nivel y fue todo mentira”, agregaron.
Al momento de adquirir el terreno y las “facilidades de pago”, los clientes accedieron a la oferta ilusionados en la casa propia. Pero al poco tiempo, comenzaron a vivir bajo el agua, sin cloaca y con una calle jamás pavimentada como habían prometido.
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