Según el Índice de Precios al Consumo (IPC) de febrero, la suba generalizada fue del 1,66% y ya llega a un 10% desde marzo de 2013, lo que ocasionó preocupación en distintos sectores del gobierno uruguayo.

En ese marco, entre otras medidas como la baja de tarifas de combustibles y de energía eléctrica para moderar la inflación creciente, se contempla un eventual plan de congelamiento de precios en productos alimenticios o disminución del Impuesto al Valor Agregado en productos de la Canasta Básica.

Si bien en principio el ministro de Economía, Mario Bergara, había dado por desestimado los acuerdos de precios, luego dijo que no descartan "ningún mecanismo".

Por otro lado, las centrales obreras vienen reclamando que se controle la inflación "porque está perjudicando el poder adquisitivo de los trabajadores". Además, exigieron que se controle "a los especuladores".

Por su parte, la Asociación de Supermercados del Uruguay señaló que todavía no recibió pedido alguno y, según el diario El País, el secretario y tesorero de la gremial, Hugo Avegno, dijo que "el margen es muy estrecho" y que veía "muy difícil" rebajar o congelar precios.

En la misma línea se manifestaron otras entidades empresariales.