En los últimos días en Estados Unidos se corre el riesgo de un fenómenos conocido como el "cierre de gobierno". En medio de la discusión por Presupuesto, la administración de Barack Obama podría entrar en crisis en las próximas horas si la Cámara de Representantes y el Senado se ponen de acuerdo.

El cierre de gobierno se produciría si ambos partidos no llegan a un acuerdo sobre el presupuesto del país. En este caso, el Partido Republicano (la oposición a Obama) insiste con no aprobar el Presupuesto porque quieren que el Congreso eche por tierra la reforma sanitaria impulsada por el presidente demócrata, ley que es conocida como el Obamacare.

Los republicanos, especialmente aquellos más a la derecha, quieren apurar su última oportunidad para quitar del debate de una vez por todas a la reforma sanitaria, que busca dar cobertura a unos 48 millones de personas que carecen de seguro médico. Esta es su última opción, ya que si se aprueba el presupuesto, se iniciará el proceso de oferta de coberturas en las empresas, algo que dejaría la ley en funciones.

Entonces, si finalmente se produce el cierre del Gobierno, el presidente y su administración no dispondrán de los fondos suficientes para funcionar, y deberán enviar a casa a los funcionarios considerados como no imprescindibles.

A última hora de este lunes, Obama firmó una ley que permitirá que todos los militares sigan recibiendo sus salarios durante el cierre del Gobierno, que podría ocurrir en las próximas horas, mientras la Cámara Baja iniciaba una nueva estrategia de negociación con el Senado para aprobar un presupuesto.

Poco más de una hora antes de que entre en vigor el anunciado cierre del Gobierno, Obama firmó la ley sobre los militares, aprobada unánimemente por la Cámara de Representantes y respaldada de la misma forma por el Senado.

La medida asegura el pago a los militares activos, la Guardia Costera y los civiles y contratistas que les sirven directamente de apoyo en los departamentos de Defensa y Seguridad Nacional durante el periodo que dure el cierre temporal del Gobierno.

No obstante, se estima que el 50 % de los 800.000 empleados civiles del Pentágono serán enviados a casa, muchos de ellos sin cobrar, mientras dure la crisis.

Mientras, los líderes de la Cámara de Representantes iniciaron un intento de entrar en negociación formal con el Senado, una medida que difícilmente evitará el cierre pero podría acelerar la resolución de la crisis.

El plan consiste en convocar un comité de conferencia, un mecanismo reservado a situaciones extraordinarias que permite congregar a varios miembros del Senado y la Cámara Baja con el fin de allanar diferencias respecto a una ley en particular.

No obstante, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, pareció descartar de inmediato la propuesta de la Cámara.

"Nos gusta resolver los asuntos, pero no vamos a ir a una conferencia con una pistola en la cabeza. No iremos a una conferencia hasta que consigamos una propuesta limpia (que no contenga ataques a la reforma sanitaria", advirtió Reid.