De acuerdo a lo que informa Ámbito Financiero, entre los argumentos, los legisladores santafesinos sostienen que, de descongelarse esos fondos, se perjudicaría las ciudades de Rosario y Santa Fe, que reciben parte de esos recursos.

El pataleo santafesino anticipa lo que se presume hará el resto del país ante la lógica ecuación que supone que ninguna provincia estará dispuesta a "ceder" parte de su torta de coparticipación para beneficiar a Buenos Aires. 

Ese argumento, precisamente, es el que llevó al equipo de Vidal a activar el "plan B", que implicó una presentación ante la Corte Suprema, la semana pasada, pidiendo que se elimine el tope de $650 millones y reclamando por lo no cobrado los últimos cinco años.

Los diputados del Frente Progresista Antonio Bonfatti, Rubén Galassi y Jorge Henn impulsaron la declaración, que logró el respaldo de los distintos bloques.

Bonfatti recordó que la provincia siempre requirió un nuevo régimen de coparticipación federal para evitar que las mayorías circunstanciales modifiquen los parámetros distributivos.

"Hay que terminar con los proyectos parciales, que sólo tratan de corregir las distorsiones de un sólo distrito", dijo el jefe del bloque socialista, Rubén Galassi.

"No es posible ignorar el deterioro que a través de los años sufrió esta jurisdicción de su participación en dicho fondo (...). Claro está que -en paralelo con esta disminución- ha sido beneficiada con transferencias discrecionales de Nación, la realización de obras públicas financiadas por el Tesoro nacional y el programa de desendeudamiento", agregó.