El retiro de los 1.500 gendarmes de los barrios más peligrosos de Rosario sigue cosechando críticas. Esta vez, el senador nacional por el Partido Socialista, Rubén Giustiniani, consideró que "las fuerzas provinciales aún no están plenamente capacitadas para reemplazar a las fuerzas federales en el patrullaje de los barrios, por lo que esperamos que se revea el retiro de gendarmes".

A pesar del operativo especial que tuvo su fin a principios de enero, el senador denunció que "los graves problemas de inseguridad y altos índices de delitos violentos que padece la provincia permanecen incólumes". Giustiniani completó su reclamo y afirmó que "el mantenimiento del despliegue de las fuerzas de seguridad federales en Rosario es imprescindible en el mediano plazo para la lucha contra el delito, y en particular la criminalidad organizada. Más teniendo en cuenta que las fuerzas policiales provinciales no están aún plenamente capacitadas para emprender dichas tareas sin la asistencia y colaboración de la Nación".

Según informa el diario La Capital, el senador nacional elevó un pedido de informes en la Cámara alta del Congreso para que fundamenten la decisión de retirar el operativo especial de Gendarmería y Prefectura, y averiguar si están previstas más medidas conjuntas entre la Nación y la provincia de Santa Fe para reforzar la seguridad de losbarrios más afectados por las bandas narcocriminales.

Por su parte, la intendente de Rosario, Mónica Fein, quien ya había demostrado su disgusto por el retiro de las fuerzas federales, reiteró su posición: "Cuando hay un problema es cuando Nación, provincia y municipio deben coordinar acciones, no que nos pasemos la pelota".

La intendente reforzó el reclamo y aseguró que "Gendarmería y Prefectura son necesarias para la ciudad, como así también el fortalecimiento de la Policía Táctica es fundamental para el refuerzo de la seguridad. Nadie se puede correr de construir una sociedad mejor", enfatizó.

En abril pasado, dos mil efectivos se distribuyeron en distintos puntos estratégicos de la ciudad con el objetivo de contener la violencia en las zonas atravesadas por el avance narco y las bandas criminales. En aquel operativo, considerado por Sergio Berni como "el más grande de la historia de Argentina", intervinieron 300 agentes, 450 vehículos que llegaron a la ciudad en forma encubierta, seis helicópteros, un avión de observación y 50 perros.

A partir de la finalización del operativo especial, sólo quedaron 600 gendarmes a cargo de la vigilancia de los barrios más conflictivos de Rosario.