Los barrios más alejados del casco céntrico son los más afectados y la mayoría de ellos depende de los diversos pozos perforados que se fueron implementándose a medida que se urbanizó la ciudad. 

No obstante la solución paliativa no da a basto y la obra de la nueva planta potabilizadora está prácticamente paralizada por la crisis que atraviesa el país.  

Sin embargo, la red de distribución de agua potable que parte de la planta potabilizadora también se ve comprometida ante los constantes cortes en el suministro de energía eléctrica que provoca la paralización de todos motores de la planta y de la toma de agua. El inconveniente radica en que luego de reestablecer la energía eléctrica, el sistema de distribución demora varias horas en normalizarse.

Desde el Instituto Misionero De Agua y Saneamiento (Imas) reconocieron que los barrios más afectados con el inconveniente son Villa Alta, Santa Rosa y las Leñas, las zonas más altas de la ciudad. 

“Estamos llevando adelante el bombeo en periodos más cortos, y hacemos trabajar los equipos durante toda la noche para tratar de solventar los inconvenientes”, sostuvieron y agregaron: “Tenemos una realidad, las conexiones clandestinas también influyen al momento de la distribución, en muchos casos dichas conexiones son muy precarias y provocan pérdidas de presión a la red y muchas veces pérdidas de agua, estamos trabajando en esas cuestiones”.

Entre las acciones llevadas a cabo, se realizó un plan de trabajo y un proyecto para evitar los inconvenientes con los que se encuentran ante los repetitivos cortes en la energía eléctrica, pero son casi imposibles de aplicar ya que deben adquirir grupos electrógenos que cuestan casi siete millones cada uno, y necesitan al menos tres.

Desde el municipio aseguran que están tratando de solventar todos los problemas y solicitaron paciencia a los vecinos,  ya que la demanda es importante.