Pidieron 10 años y 8 meses de prisión para el hombre que mató a su inquilino en Parera

Pidieron 10 años y 8 meses de prisión para el hombre que mató a su inquilino en Parera
El fiscal Gilardenghi pidió una dura condena para Héctor Gleman Garrone (73), quien alquilaba una vivienda a Gerardo Berazategui y lo mató en medio de una discusión por la deuda del inquilino.

El fiscal Alejandro Gilardenghi pidió ayer la pena de 10 años y 8 meses de prisión por “homicidio agravado por el uso de arma” para Héctor Gleman Garrone (73), quien el 30 de mayo de este año asesinó de un disparo a Gerardo Berazategui (32), en la localidad de Parera. El defensor del acusado, el doctor Walter Vaccaro, pidió 3 años de prisión en suspenso por entender que se trató de un hecho de “homicidio culposo”, ya que a su defendido, supuestamente, se le escapó el tiro. El jueves se conocerá la sentencia.

El debate oral y público contra el anciano se desarrolló íntegramente ayer. La audiencia fue presidida por el juez Fabricio Losi, quien estuvo acompañado en el Tribunal Colegiado por los jueces Alfredo Alonso y Carlos Pellegrino.

En su alegato de apertura, el fiscal Gilardenghi sostuvo que probaría que se trató de un hecho intencional, motivado por una deuda económica que mantenía la víctima con el homicida. Berazategui le alquilaba una casa a Garrone, al cual le adeudaba seis meses.

El hecho ocurrió en la fecha mencionada cerca de las 19:30 horas, en la parte delantera de una vivienda de calles Laprida y Sara Lavín. Víctima y victimario mantuvieron una fuerte discusión, hasta que el anciano extrajo de entre sus prendas un revolver calibre 38 con el que disparó en una oportunidad contra Berazategui.

El joven murió a las 22:30 horas en la Clínica Santa Teresita de Realicó, a causa de las heridas que sufrió en su cabeza.

El abuelo se entregó tras el hecho y le dio el arma a la Policía de forma voluntaria.

Sin intención

El defensor oficial Vaccaro adelantó en su alegato que trataría de demostrar se trató de un hecho “sin dolo”, o sea sin intención. El abogado remarcó que desde un primer momento su defendido admitió la autoría del hecho, pero que siempre sostuvo que el disparo fue accidental.

Esto fu refrendado por el propio Garrone, quien declaró y mantuvo su versión de los hechos, asegurando que fue asegurarse que los morosos no volvieran a entrar a la casa, ya que le habían entregado la llave el día anterior porque no podían pagar la deuda.

Dijo que llevó el arma porque le temía a Berazategui por sus antecedentes y que la sacó de entre sus prendas cuando, luego de discutir, el joven lo empujó en varias oportunidades. Afirmó también que el arma se accionó accidentalmente cuando él pretendía solo asustar al muchacho.

Testigos

La ronda de testigos comenzó con los oficiales Frías y Jenssen, de la Comisaría de Parera, quienes fueron los primeros en llegar al lugar del hecho. A ellos Garrone les hizo entrega del arma y les confesó “lo maté mi hijo, la macana ya está hecha”.

Luego testimonió el forense Graciano Masso, quien expuso las conclusiones de la autopsia que realizó al cuerpo del difunto. La muerte fue consecuencia directa del disparo, que ingresó en la región de la sien derecha y provocó destrucción de masa encefálica, fracturas y hematomas varios.

A continuación, la Fiscalía incorporó por lectura informes del médico Gustavo Toffani, quien revisó a Garrone el día del hecho y no constató lesiones, y el doctor Mario Canabero, quien atendió al baleado en el centro asistencia de Parera. También fue expuesta el acta donde Carlos Rosales, conocido de Berazategui, reconoció el cuerpo y se hizo cargo del sepelio.

Además se leyeron los resultados de las pericias realizadas por el perito químico Daniel Paolicci, quien no detectó presencia de alcohol o estupefacientes ni en la víctima ni en el victimario.

Gilardenghi informó que la perito Cecilia Ginder no envió resultados del dermotest, ya que el hisopado de las manos de Garrone fue realizado con hisopos contaminados. Por último, el forense Juan Carlos Toulouse sostuvo en su informe que el disparo fue a aproximadamente 60 centímetros.

Posteriormente declaró José Gorjón, jefe de la Comisaria de Parea, quien realizó el croquis del lugar del hecho y las primeras actuaciones.

El psiquiatra Marcos Koncurat dejó en claro que el acusado es “imputable”, ya que no presente ninguna patología que le impida comprender la gravedad del hecho ni la criminalidad de sus actos. El profesional sostuvo que el abuelo realizó un relato claro y sin contradicciones sobre lo sucedido, mostrando molestia y arrepentimiento por lo ocurrido.

La viuda

A continuación testimonió Flavia López, pareja de Berazategui, con quien tiene un hijo. La joven aportó como dato relevante al indicar que, cuando llegó al lugar junto a su conyugue, el acusado ya estaba con el arma en su mano y mientras discutían realizó movimientos amenazantes con la misma.

Tras un careo entre la joven y Garrone, declaró Miguel Ángel López, hermano de Flavia, quien llegó al lugar antes del disparo. El muchacho también afirmó que el imputado tenía el arma en su mano izquierda y realizaba ademanes con ella, pero a diferencia de su hermana dijo que no hubo discusión previa al tiro.

Por último declararon peritos de la División Criminalística de la UR II, Cristian Navarro y Roberto Britos, quienes participaron de los relevamientos de pruebas y de las pericias sobre las mismas.

Alegatos

Tras el ofrecimiento de pruebas y un breve cuarto intermedio, el fiscal Gilardenghi realizó su alegato de cierre, en el cual sostuvo la calificación de “homicidio agravado por el uso de arma” y pidió la pena mínima por ese delito, 10 años y 8 meses de prisión, ya que el acusado no posee antecedentes penales.

El investigador consideró que estaba plenamente probada la existencia del hecho, la autoría material por parte de Garrone y también la calificación penal, negando que se tratara de un acto accidental, ya que los testigos afirmaron que no hubo agresión de Berazategui.

El defensor Vaccaro solo se opuso a la calificación, entendiendo que debía ser “homicidio culposo”, ya que su representado obró sin intención, tal como sostuvo desde los instantes posteriores al hecho, y que su testimonio es creíble según manifestó el psiquiatra forense. Por ello pidió una pena mínima de 3 años de prisión en suspenso.

En forma subsidiaria, solicitó que se lo condene por “homicidio simple”, a su pena mínima de 8 años de prisión.

De todas formas hay que resaltar que más allá de la pena que pudiera recibir el acusado, por ser mayor de 70 años podrá acceder al beneficio de la prisión domiciliaria.

El presidente del tribunal, el doctor Losi, informó que la lectura de sentencia se realizará el próximo jueves a las 12 horas.

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