Por dos motivos. 

En primer lugar, porque tras la derrota, no todos perdieron. Esto es, algunos dirigentes, han podido sortear favorablemente el turno electoral. Pero también hay sectores, que aunque derrotados, son muy fuertes. Es decir, hay que barajar y dar de vuelta, en un nuevo esquema, que sintetice, la foto del 22 de octubre de 2017, pero pensando en octubre de 2019.

Y en segundo lugar, por la situación jurídica del PJ bonaerense. Sin ir más lejos, el ex Senador Nacional, a cargo de la Presidencia de la Nación, Eduardo Duhalde, pide a gritos la intervención partidaria, posibilitando que sea el macrismo, quien maneje los hilos de la reorganización.

Así las cosas, los popes del PJ, decidieron llamar a elecciones para elegir un nuevo Concejo Provincial, y también, para los consejos locales, en cada uno de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires.

Y en estos casos, a veces se ven más miserias que grandezas.

No es el caso de Mar Chiquita, donde el indiscutible referente, Jorge Paredi, y el concejal Marcelo Sosa, “creen en el trasvasamiento de la política para dejar lugar a gente joven”.

Es decir, que ambos dirigentes resignaran posicionamientos personales, para apostar a una unidad seria, sin amontonamientos.

La realidad indica que tanto Vidal como Macri, gobernaran hasta el 2019.

Es entonces que la reorganización del PJ, debe servir para ser una oposición constructiva en lo local, ya que 1Pais, se diluyó en la polarización, y además, constituirse en la base del armado de un peronismo participativo de cara al 2019, que como se sabe, ya está cerca.