Para el Fuero de Familia faltan campañas de prevención en violencia de género

Para el Fuero de Familia faltan campañas de prevención en violencia de género

Tras la movilización Ni Una Menos, los casos de violencia de género no cesan y la preocupación crece. La titular del Juzgado de Familia de Tandil, Silvia Monserrat, expuso preocupación por el grado de violencia de los casos que se denuncian y expuso la necesidad de que se elaboren campañas de prevención en la materia.

En cuanto a las denuncias, la magistrada indicó que tienen la información de la cantidad de causas que entran por denuncias de violencia familiar, no solo de género, aunque la mayor parte de ellas son por violencia de género.

Entre las que se refieren a violencia familiar, se ha dado mucho en el último tiempo madres que denuncian a hijos con problemas de adicción que se vuelven violentos. Asimismo, suelen recibir denuncias por maltrato a los niños o adultos mayores.

El Juzgado de Familia comenzó a funcionar a fines de marzo de 2009. Durante 2010 se registraron 472 causas de violencia sobre un total de 1932. Es decir, las causas de violencia no llegaban al 25 por ciento.

En 2015, hubo 1247 de violencia sobre 2800 causas totales, por lo cual el porcentaje trepó a casi el 44 por ciento.

“En mi juzgado casi estamos llegando a que el 50 por ciento de las causas que ingresan tienen que ver con cuestiones relacionadas con la Ley de Violencia. Este año estamos más o menos igual. El aumento con relación al año pasado es de un 2 por ciento, no ha habido tanto aumento en relación a otros años, está casi estable respecto al año pasado”, afirmó Monserrat.

Mayor violencia

No obstante, resaltó que notan en relación al momento en que se inició el Juzgado una “mayor intensidad de la violencia”.

“Cuando empezamos, las denuncias se resolvían casi prácticamente con la restricción de acercamiento, y hoy tenemos muchos casos en los que hacemos exclusiones de hogar, incluso pueden ser hijos con situaciones de adicción y se los excluye de la casa de la víctima, esto se da mucho”, señaló.

En tanto, sostuvo que “cuando son convivientes hay que asegurarse en principio que la víctima esté resguardada, puede ser en la casa de un familiar, o se le da la posibilidad de irse a la casa de abrigo del Municipio, hasta que podamos excluir al victimario del hogar. Después se hace la restricción de acercamiento, y si el nivel de violencia es muy alto se le da un botón antipánico”.

“En otros casos lo complementamos con una custodia dinámica, que es una custodia que pasa periódicamente por el lugar. Si es muy grave el nivel de violencia, se le pone un tiempo una custodia personal”, indicó.

La restricción

de acercamiento

En lo que concierne al porcentaje de victimarios que violan las restricciones de acercamiento son pocos, pero el problema es que hay casos en los cuales “la violan sistemáticamente”.

“Hace poco un victimario lo hizo en varias oportunidades y terminó preso porque es una desobediencia judicial, es un delito. Cuando nosotros constatamos la desobediencia damos aviso a la Justicia penal para que pueda procesar el delito. La mayor parte de las cuestiones se resuelven con la restricción de acercamiento. Cuando la respetan, es suficiente porque la distancia física impide la posibilidad de riesgo”, manifestó.

Por otro lado, aseguró que en algunos casos las viviendas son “un poco precarias y la víctima no tiene la posibilidad de trabar bien la puerta y estar bien protegida, por eso el uso del botón antipánico es una herramienta sumamente eficaz. Ahora se hace a través del sistema de celulares”.

Prevención

Aseguró que muchas veces se plantea la dificultad de la no denuncia de la víctima. “En Tandil tuvimos dos femicidios, en ninguno de los cuales había denuncias previas”, lamentó.

Y expuso su preocupación porque la violencia ha llegado a un nivel “muy alto” y los femicidios “vienen incrementándose” en el país.

“Personalmente creo que nos faltan más campañas de prevención directas en las escuelas, en las universidades, en lugares donde puedas acceder a mujeres que puedan ser víctimas potenciales”, analizó.

Al respecto, recalcó que “el Poder Judicial no hace campañas de prevención, cuando nosotros intervenimos la violencia ya existe. A lo sumo en algunos casos cuando el nivel de violencia no alcanza una gravedad y entendemos que la mujer no está empoderada y va a seguir en la misma situación o con el mismo victimario o con otro, le sugerimos terapia bajo mandato, pedimos al centro de salud mental que le asigne una terapia”.

“En algunos casos no se llega a tomar verdadera conciencia, por eso las víctimas terminan siendo víctimas. Hay gente que es más vulnerable que otra, lo que nos falta es la denuncia de alguien, que cualquier persona denuncie, un vecino o quien sea, a ese grado no hemos llegado”, lamentó.

Y consideró que “es una obligación de todos el denunciar, incluso se puede hacer la denuncia anónima. Lo que sí nos funciona mucho son las denuncias cuando la víctima es un menor, de los establecimientos educativos o los hospitales cuando se trata de un abuso, pero no hemos llegado al nivel de concientización de que una persona escuche que están golpeando a su vecina, llame y denuncie. El ‘no te metas’ todavía funciona más”.

Estadísticas

Por otra parte, la magistrada planteó la necesidad de tener datos con estadísticas desagregadas.

“Tengo entendido que están intentando trabajar con esto, pero me parece importante porque en España hay un observatorio de género y está muy desagregada la información, incluso por región, con porcentaje de mujeres que son víctimas de violencia por región. Si tuviéramos esto nos preguntaríamos por qué en determinado lugar hay más casos que en otros”.

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