Mascarello médico y destacado sanitarista, integró el gabinete de Romero en su tercer y último período de gobierno, desmintió ayer categóricamente al ex gobernador quien declaró que en los 12 años que estuvo al frente del Poder Ejecutivo provincial no murieron niños por desnutrición en Salta.  

Mascarello manifestó  que “es un buen momento para que todo el mundo deje de hacerse el distraído” y pidió que “dejen de lucrar con la vida de los chicos para hacer campaña política”.

“Es un dato de la realidad que los “casos de muerte por desnutrición existen y existieron en Salta y Argentina, incluso en Capital Federal, por eso hay que dejar de hacer una parodia de esto”, señaló.

Con ocultar información no se soluciona un problema estructural como es el caso de la desnutrición infantil y validó que el gobernador Juan Manuel Urtubey haya puesto siempre sobre la mesa la situación en Salta, haciéndose cargo de responsabilidades propias de su función y actuando en consecuencia. Las mismas estadísticas que en 2007 se ignoraban, muestran una mejora inobjetable en 2015, con menos chicos en estas condiciones.

Señaló que el gobernador Urtubey dijo en reiteradas oportunidades que no es suficiente, convocando a todos los sectores e invirtiendo como nunca se hizo en la historia de Salta en infraestructura para evitar las causas y abordar con un trabajo interdisciplinario ante los casos de chicos con deficiencia nutricional 

Palabras de Romero

Romero dijo que en su gobierno no hubo muertes por desnutrición  “¿Muertes por desnutrición?  A mí no me afectó ninguna”, así lo ratificó el senador nacional y candidato a gobernador, en una entrevista por  Cadena Máxima.

Romero expresó además que “durante mi gobierno los agentes sanitarios estaban cubriendo el cien por ciento de la gente desnutrida, entonces se los rescataba antes de morir. En el interior, el descuido que hay en la salud es crítico, increíble”. Romero comentó que como parte de su campaña está caminando la provincia para evaluar con la gente cómo se puede mejorar los distintos servicios. Reconoció que en los doce años de gobierno tenía una obsesión por el buen funcionamiento administrativo. “Ahora estoy más en la calle y mucho menos en la oficina”.