La delicada situación financiera que vive el grupo empresarial de Lázaro Báez se trasladó al fútbol. El Club Boca de Río Gallegos que preside su hijo Martín Báez, investigado al igual que su padre por lavado de dinero, se despide del Torneo Argentino B por falta de financiamiento. Ahora sólo se quedarán con el torneo local.

La caja del club no supera los $ 30.000 y no cuenta con más de 1.000 socios activos para el imponente edificio inaugurado en 2011 por Julio Grondona y la Presidenta. Sólo en cubrir las viandas mensuales para los jugadores se gastan $ 200.000 y la empresa que provee el servicio pertenece a Báez.

Los sueldos de los jugadores oscilan entre 6.000 pesos y 20.000 pesos (la suma más elevada la percibían las posiciones más cotizadas delantero o volante). Para que el plantel entrene se destinan más de 40.000 pesos por mes en el alquiler de una cancha. El sueño de Báez era tener su “bombonera local”.