Laserna, un mimado de Susana Salerno, con la música a otra parte

Laserna, un mimado de Susana Salerno, con la música a otra parte

Los socios del Club Náutico se quejan por el manejo de Susana Salerno, mala conducción, fuera de época y mal planteado desde los recursos y sus actividades. Pero  “La Bruja” (como se la conoce a la esposa de Pablo Vacante) lejos de amilanarse, con su influencia, parece que también  traslada su incompetencia al gabinete municipal.

Así con pocos éxitos y muchos fracasos debe partir el Dr. Leandro Laserna, que viene de ser sacudido en recientes elecciones en el Colegio de Abogados. Dicen que es para reforzar el oficialismo en el bloque de Acción Marplatense, pero Laserna nunca le encontró la vuelta a su cargo en el Departamento Ejecutivo.

En los corrillos del Palacio Municipal se torna insistente el rumor acerca de que Leandro Laserna dejaría la Secretaria de Cultura para volver a la concejalía, porque el Intendente necesitaría un cuadro fuerte para reforzar su bancada.

“Hoy todo pasa por Ciano, Rosso, Claudia (Rodríguez) y  Fefe (Gauna), que opera como enlace con el Frente para la Victoria y los renovadores . Alejandra (Urdampilleta) ha quedado “huérfana”, perdió peso político y respaldo. Y Pulti necesita un cuadro más fuerte como Laserna,  si bien viene de “afuera”, porque lo instala en Acción Marplatense el matrimonio Vacante-Salerno, y goza de la privanza de “Susana Salerno”, comentó una fuente cercana al oficialismo.

Según la misma fuente, el destino de Urdampilleta, quien ocupa la banca, que revalidó Laserna en 2011, es incierto, pero en cuanto a su eventual sucesor, en la Secretaria de Cultura, las miradas se focalizan en el actual Director General del área, el librero Juan Rey, referente de la ONG Hazme Reír, que cobrara notoriedad nacional  cuando,  en una de sus habituales teleconferencias, la presidenta Cristina Fernández, encomió su gesto de negarse a incrementar los precios, “a pesar de la presión de una fábrica de artículos escolares”.

No obstante, la gestión de quien algunos llaman “el niño mimado de Salerno”, dejaría a su sucesor, un presente griego que por cierto, también habría recibido como legado, pero ahora exponenciado por un malestar in crescendo, que se manifestó en el tradicional Concierto de Navidad de la Orquesta Sinfónica Municipal, cuando los músicos, en silencio, alzaron pancartas en las que se hacía mención a los cargos a cubrir por concurso, que suman 18, “lo que representa un 25% menos de lo mínimo indispensable para su normal funcionamiento” y al faltante de algunos instrumentos.

“Si a un piano le sacamos la cuarta parte de sus teclas… ¿Cómo puede funcionar?”, rezaban los folletos distribuidos entre la concurrencia, instando a no dejar que “una parte importante de la historia cultural muera imperceptiblemente”.

Fundada en el año 1949, la Orquesta Sinfónica es el órgano cultural más antiguo, con casi 66 años de existencia, que en una época esplendorosa llegó a tener 75 músicos, y  ahora apenas 51, con el aditamento del miedo, que cunde, entre sus miembros,  a que más que la desidia y la inoperancia, en el trasfondo se esté llevando adelante un sistemático plan que desemboque en su desaparición. Máxime cuando no se dan plazos concretos para el llamado a concursos, y año tras año se firman “actas de acuerdo”, cuyo cumplimiento la burocracia dilata.

Durante el año pasado habría tenido que levantar conciertos, y en algún caso trasladarse al Teatro Payró para no tener que levantarlo, pues más allá del jactancioso relato oficial de la puesta en valor del teatro Colón, no habría  podido ensayar por la falta de calefacción, los riesgos de salud implícitos, y roturas de instrumentos de madera, que el Municipio no provee.

Las luces seguirían sin la maya de protección, los baños estarían clausurados la mayor parte del tiempo y la calefacción y el aire acondicionado sin funcionar, más allá de que, en el discurso mediático, Laserna no dejó de recitar, por doquier, la muletilla, insuflada de los aires “nacionales y populares”, que se han puesto en boga: “entendemos a la Cultura como una herramienta central para la inclusión social”.

“La Banda toca con unos atriles que se desarman y hay muchos en mal estado, no hay correctas luces para ensayar, faltan tarimas para poder diferenciar los grupos de instrumentos y que el sonido se proyecte adecuadamente, falta una campana acústica que dirija el sonido hacia el auditorio para que se escuche correctamente, como tiene cualquier teatro con orquesta profesional; las sillas son obsoletas además de estéticamente horribles y en mal estado, nunca aportaron ni dinero ni la vestimenta para realizar las tareas de los grupos, siendo obligación vestir smoking y por reglamento lo debe aportar el empleador”, describen fuentes, que trasuntan el malestar fundado sobre la disyunción entre las palabras y las cosas.

Las fuentes, también refieren que “ni hablar de contratar solistas, hay músicos a quienes se les debería desde hace más de dos años al igual que ha directores invitados. Un director debe presentar la programación anual la cual es aceptada o rechazada…. como siempre ha sido muy interesante, con solistas extranjeros o directores que por contacto con el director deciden animarse a venir, obras nunca interpretadas en nuestra ciudad, incluso hasta obras a estrenar en el país, pero ¿qué sucede….?  Le dan el visto bueno, él se compromete con la gente y como le dijeron, ya hace un mes: “No hay plata para nada….”. Lo cual implica una vergüenza para él porque hace el contacto, una falta de respeto con los músicos, que preparan la obra o se reservan en agenda para venir de hacer otras cosas y pierden dinero…. Hay directores de renombre en el país, que les ha sucedido eso y ya no quieren venir más porque se reservan las semanas y no saben realmente sí van a cumplir, y es gente muy prestigiosa…”.

Mientras los altos funcionarios del área intentan distender el malestar de los trabajadores de la cultura, atribuyendo las carencias crónicas a la falta de partidas presupuestarias, a este sombrío combo se le sumaría la quita de horas a empleados, que tienen niveles más bajos, para otórgaselos a personal de alta jerarquía, y en ese nivel, habría módulos de 45 horas con 100 horas extras en consonancia con un sindicato “ausente”…

La situación se torna muy irritante y, si no hay respuestas concretas, podría poner en peligro la realización de un clásico de las propuestas artísticas en el verano marplatense, como es la 13ra. Edición de Zurich Gala del Mar, el concierto lírico sinfónico solidario, que organiza Zurich junto con la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredón.

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