Publicaron las declaraciones juradas de los senadores nacionales y Juan Carlos Romero marcó la nota de la jornada porque sólo declaró cuatro millones de dólares, y si se evalúa uno sólo de los inmuebles más ostentosos que posé alcanza ese monto.

Cuatro millones de dólares valen la Mansión de Castellanos o el avión que descansa en el hangar de la polémica. Ese mismo monto también alcanza el helicóptero o el piso que ostenta en la Av. Del Libertador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ese irrisorio monto expuesto en la declaración jurada es superado por la casa de vacaciones que adquirió en Punta del Este o los veleros y barcos que emplea para navegar largas semanas en los mares del mundo.

De esta manera, sólo si se evalúa uno de los numerosos inmuebles la declaración jurada es irrisoria. Ni hace falta mencionar las acciones, terrenos y empresas que le revisten ganancias de manera permanente.

El informe se publicó casi en paralelo a la trascendencia de que las ocho causas judiciales en su contra están paralizadas desde hace dos años. Entre esos numerosos expedientes, los fiscales y jueces debían investigar el supuesto enriquecimiento ilícito, pero como las elecciones pasaron y Juan Carlos Romero firmó la paz con Juan Manuel Urtubey todo quedó en la nada.

La declaración jurada de Juan Carlos Romero quedó en tercer lugar, entre los senadores más enriquecidos. Por delante están el sanjuanino Roberto Basualdo, del PJ Federal, con más de $ 182 millones y el tucumano José Alperovich, exgobernador y dueño de una fortuna declarada en $ 134,9 millones.

De los salteños, la que más aumentó su patrimonio fue María Cristina del Valle Fiore Viñuales, quien declaró en 2014 un total valuado en $630,04 6.64, que aumentó casi el 87% en 2015, a $1,178,139.52.

En tanto, el hermano del gobernador Rodolfo Julio Urtubey aumentó su patrimonio un 12,63% porque pasó de declarar en 2014 un total de$1,987,822.94 a $2,238,811.42, en 2015.