A pesar de que se realizaron trabajos de demarcación y se instalaron los nuevos parquímetros, la puesta en marcha del nuevo Sistema de Estacionamiento Medido en la zona céntrica sigue demorada. Si bien la secretaria de Gobierno, Rita Sallaberry, había fijado su fecha de inicio para comienzos de octubre pasado -y ante la ausencia de información oficial que explique los motivos del retraso-, el futuro del sistema parece incierto.

Con un sistema viejo que no se termina de ir y uno nuevo que no termina de llegar, el ordenamiento vehicular parece estar más desregulado que nunca. Las tarjetas de estacionamiento van mermando paulatinamente su presencia, los denominados “trapitos” amplían su radio de acción a lugares insospechados, y los modernos dispositivos instalados en la vía pública son con frecuencia vandalizados.

Tampoco se conocen precisiones sobre la determinación del valor de la tarifa o el monto que deberán pagar los infractores en concepto de multas, decisiones que deben ser ratificadas por el Concejo Deliberante. En este sentido, desde el Ejecutivo local habían adelantado su intención de que el costo por hora de estacionamiento rondara los 8 pesos, en tanto que el pago voluntario de las multas se acercara a los 150 pesos.

Por último, todavía no se observan acciones de difusión y capacitación sobre los alcances y utilización del nuevo sistema, medida asimismo anunciada a este medio por Sallaberry: “Estamos preparando una campaña de información para que la gente sepa utilizarlo correctamente. Vamos a largar esta información con tutoriales para que la gente sepa cuáles son las modalidades que tiene para acceder al estacionamiento medido. También estamos considerando tener un período de prueba para que la gente se vaya acostumbrando”, había declarado la funcionaria en julio pasado.