Inició un nuevo capítulo para el ordenamiento del transporte en la provincia. Luego de cuarenta años, ayer los usuarios de las líneas de transporte urbano e interjurisdiccional tuvieron que modificar sus recorridos a raíz de que la terminal de ómnibus cambiara su ubicación. En el predio de calle Dorrego se colocó un alambrado perimetral que impidió el ingreso a las plataformas y ex boleterías, permaneciendo en el lugar sólo algunos comerciantes que actuaron como guías de los confusos ciudadanos que no se percataron del cambio. Por contraparte, en el acceso sur los servicios funcionaron adecuadamente con una masiva presencia de usuarios y sólo tuvieron contratiempos quienes llegaron o se dirigieron al interior, algunos que por primera vez visitaron la moderna terminal “Néstor Kirchner”.

A pesar de las constantes publicidades y difusión de los nuevos recorridos, muchos ayer se dirigieron como de costumbre a la vieja terminal. Sin embargo se encontraron con un cerco perimetral que sólo contaba con dos ingresos habilitados para los móviles del Same, Policía y Bomberos que ocuparon el lugar de los ómnibus en los andenes. El lugar estuvo custodiado permanentemente por un importante número de agentes policiales que acudieron, según trascendió, por posibles inconvenientes que podrían causar los vendedores ambulantes. El cajero estuvo habilitado y seguirá en funcionamiento a pesar del traslado, al igual que los baños. Sobre calle Dorrego continuaron en espera de pasajeros algunos remises y sobre Iguazú el flujo de personas era importante, debido a que además de tener una parada los colectivos a Palpalá, ahora también se detienen los transportes que se dirigen a El Carmen y a Perico.

Los más perjudicados fueron los usuarios del transporte que conduce a ciudades de la Quebrada, Puna y Ramal. Se trató de un importante número que luego de toparse con la desolación de la vieja terminal optaron por tomar rápidamente taxis -con boleto en mano- para llegar al acceso sur a tiempo. Otros buscaron una salida más rápida y se acercaron a quienes ofrecen “transporte alternativo” realizando viajes al interior sin la habilitación correspondiente. Este grupo se situó en diferentes esquinas y desde allí ofrecieron sus servicios, invitando a abordar a los vehículos a su cargo sobre avenida El Éxodo.

Los comercios se encuentran en un compás de espera. Por un lado, los que se encontraban aledaños a las boleterías continúan funcionando aunque las ventas son escasas por la restricción en el acceso, mientras que los ambulantes persistes con sus reclamos para ser reubicados. Una de las vendedoras que trabaja dentro del predio desde hace veinte años, María Luisa Portal, indicó sobre el impacto del cambio, “este primer día de traslado fue como el día y la noche para nosotros los vendedores. Hoy estuvimos trabajando nada más que para dar información porque no tuvimos ventas”. Los comerciantes que se encuentran legalmente instalados, tienen el compromiso de ser situados en la plata baja luego de la remodelación y ubicación de las nuevas dependencias.