Federico Medrano, Vicepresidente de Exterran para Latinoamérica: "El Midstream es un eslabón vacante en la cadena de valor de la industria"

Federico Medrano, Vicepresidente de Exterran para Latinoamérica:

Con más de 70 años en el país, Exterran posee una larga tradición en el negocio hidrocarburífero local. Históricamente, la empresa brindó servicios vinculados con la compresión de gas, pero a partir del desarrollo de los recursos no convencionales apunta a posicionarse en el Midstream.

Según Federico Medrano, vicepresidente de Exterran para Latinoamérica, ese negocio representa un eslabón clave que aparece vacante en la cadena de valor de la industria. «Hemos visto que hay un gap importante en la parte del Midstream, que es donde nosotros somos fuertes.Entendemos que desde allí podemos empezar a ayudar a nuestros clientes tanto en el desarrollo conjunto del gas como en la recuperación y comercialización de líquidos», puntualiza.En diálogo con Revista TRAMA, el directivo se muestra absolutamente convencido de que la Argentina está ante el enorme desafío de monetizar los activos que se alojan en los yacimientos de no convencionales. 

«Mi visión de cara al futuro es optimista: se basa en los actuales volúmenes de producción que muestra la actividad, los cuales no eran tan previsibles cinco años atrás», asegura.En ese sentido, recuerda que durante los inicios de la firma dentro del segmento, en el año 2013, la incertidumbre era mayúscula. «Si me decían que en 2018 íbamos a tener pozos con una producción inicial de 400.000 metros cúbicos (m3) de gas, capaces de sostenerse en el tiempo, hubiera pensado que sonaba muy lindo, pero difícil de cumplir», reconoce.Una de las ventajas de la compañía, resalta, pasa por haber trabajado con los operadores desde el principio del desarrollo de esos pozos. «Por lo tanto, cuando ahora nuestros clientes nos plantean la necesidad de solucionar problemas como el Midstream y la monetización de los volúmenes de gas que ya ni siquiera tenemos necesidad de consumir internamente, tomamos real conciencia del potencial a aprovechar», sentencia.

A nivel de ingeniería, Exterran cuenta con una característica diferencial que resulta de gran interés para sus clientes: la modularización de las plantas. «A partir de nuestra experiencia en Estados Unidos con los recursos no convencionales, comenzamos a desarrollar plantas modulares. Para uno de los jugadores más importantes del Midstream de aquel país, de hecho, estamos desarrollando un tipo de plantas que denominamos trenes. Actualmente vamos a entregarle el tren número 13», ejemplifica Medrano.Las instalaciones, precisa, se construyen en Estados Unidos y después se trasladan los diferentes skids hasta el campo. «Lo único que hacemos en dicho lugar es la interconexión. De esta manera, todo el proceso desde la fundación de la planta hasta el producto final se torna mucho más sencillo», subraya.

Capacidad financiera

Exterran ofrece su servicio de complejos modulares en distintos lugares del mundo. A decir de Medrano, en Bolivia la firma dispone de una monstruosa planta de compresión en medio de la selva. «Empezamos básicamente desde la nada y vamos a terminar con casi 60.000 HP para uno de nuestros mayores clientes. Lo mismo sucede en Medio Oriente, donde desarrollamos una de estas plantas modulares criogénicas de recuperación de líquidos y compresión en medio del desierto. La ciudad más cercana está a cuatro horas y media de auto. Resulta difícil de creer porque la hicimos en 18 meses: prendimos el flair hace un par de semanas y la estamos comisionando ahora», se entusiasma.Otro aspecto importante que distingue a Exterran, detalla el ejecutivo, tiene que ver con la financiación de los proyectos que pone en marcha. «Las unidades de Midstream que construimos para nuestros clientes son financiadas íntegramente por nosotros. 

Tenemos, por lo tanto, una capacidad financiera importante para desarrollar el mercado en la Argentina», señala.Por estos días la compañía emplea de manera directa a más de 500 personas en el país. «Dicho de otro modo, contamos con la competencia humana para el desarrollo y mantenimiento de plantas de procesamiento y plantas de compresión», sostiene Medrano.Este combo, asevera, se traduce en múltiples beneficios para los clientes que están entrando en el mercado; es decir, los que están dando sus primeros pasos de desarrollo sin necesariamente tener la expertise. «Como bien sabemos, muchas veces las implicancias de la Argentina son complejas, pero gracias a la experiencia de trabajar tantos años aquí sabemos cómo manejarnos ante los vaivenes constantes», argumenta.

Decisión acertada

Es fácil relacionar la confianza que transmite Medrano acerca del potencial energético nacional con el repaso de su vida personal y profesional. Hijo de un físico y una bioquímica, sus padres se vieron empujados a abandonar el país en 1988 ante la falta de oportunidades para los académicos. Cuando su padre decidió emigrar a Estados Unidos, prontamente quiso acompañarlo en la aventura.«Tenía 18 años, acababa de terminar el secundario, y decidí viajar con él para seguir estando cerca suyo, pero también porque era una buena oportunidad para empezar allá mis estudios universitarios», relata.Así fue como estudió Finanzas y Contabilidad en la Universidad de Cincinatti. «Una vez que me gradué, empecé a trabajar para otra compañía de servicios petroleros en la que estuve más de 20 años. Mi primer destino fue Venezuela, después me tocó trabajar en Dubai y luego pasé a Moscú como gerente de Finanzas para Rusia y el Caspio. No obstante, al tiempo de estar allá resolví asumir otros desafíos y conduje la operación en Azerbaiyán por un par de años», evoca.

En ese lejano país, Medrano se enteró de la llegada de Miguel Galuccio a YPF tras la nacionalización de la petrolera. «A partir de esa noticia, me dije que era el momento de volver a la Argentina. Por entonces no conocía personalmente a Galuccio, pero ciertamente vi que el país hacía una apuesta por alguien con un altísimo nivel de conocimiento, lo que me generó ganas de querer ser parte de eso», expresa.Cinco años después de su regreso al medio local y de su incorporación a Exterran, Medrano está convencido de haber tomado una decisión muy acertada. «Estuve desde el arranque incipiente de Vaca Muerta. Empezamos haciendo los famosos pozos verticales que tanto se critican ahora, sin tener en cuenta que estábamos tratando de entender el activo. Hacer un pozo vertical costaba u$s 15 millones contra los u$s 35 millones que demandaba un pozo horizontal», compara.En ese momento, confiesa, no se sabía dónde aterrizar los pozos. «Recién ahora estamos entendiendo dónde hacerlo y alcanzando laterales de 3.000 metros. Llegar a los volúmenes de producción que hoy nos suscitan tantas expectativas requirió años de conocimiento y experiencia», recalca.

Granito de arena

Medrano considera que si Vaca Muerta es una realidad, obedece en gran parte a la gestión que llevó adelante Miguel al frente de YPF. «Una de las virtudes más notables de Galuccio fue su capacidad de comunicación. Desde ese lugar hizo que Vaca Muerta estuviera en boca de todos cuando no había nada. Al poco tiempo de llegar al país, tuve reuniones con inversores y de lo único que querían hablar era de Vaca Muerta. Muchos de los acuerdos que posee YPF en desarrollo fueron gracias al atractivo que le aportó Miguel. Instaló una base que va a durar muchísimo tiempo», reivindica.Según el vicepresidente de Exterran para Latinoamérica, el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales le abre a la Argentina una perspectiva de crecimiento cualitativamente superior a la generada por los convencionales. «Aunque suene un poco a cliché, estoy seguro de que podemos llevar el país hacia un futuro mejor. 

La industria de los no convencionales genera una demanda de empleo mucho mayor que la actividad tradicional por el desarrollo constante que se necesita para mantener los volúmenes de producción. Esto se ve claramente en Neuquén, donde cinco años atrás había conflictos gremiales por la falta de trabajo y hoy se instalan unas 23 familias por día», cuantifica.En un mercado local tan inestable, las siete décadas que Exterran lleva en la Argentina son un claro capital que posee la empresa a la hora de emprender negocios. «Si no tuviéramos la capacidad de entender el país, sería difícil invertir u$s 100 millones para desarrollar una planta. Estamos dispuestos a hacer grandes proyectos de financiación porque el CEO de la empresa, una persona con muchísimo conocimiento, nos ayuda a estar bien posicionados para acompañar a la industria. Eso nos pone en una situación poco común con respecto a otras firmas», comenta.Como vicepresidente para Latinoamérica, Medrano revela que Exterran toma a la Argentina como el principal país de la región. «Dentro de nuestro portafolio global, es uno de los más importantes», agrega.Las expectativas puestas en el mercado nacional, manifiesta, coinciden con sus deseos personales.

«Tengo una hija de 13 años que por mi trabajo estuvo en siete colegios diferentes a lo largo de su vida. Me encantaría que ella pueda terminar acá sus estudios y desarrollarse profesionalmente para erradicar algunos de los problemas que la Argentina arrastra desde hace décadas», expresa.Esos mismos problemas, añade, son los que hicieron que sus padres emigraran y que él debiera estudiar en el exterior. «Si puedo ser parte de este cambio, si puedo poner un granito de arena, estaré encantado», completa. ×LealtadA pesar de haber vivido 25 años en el exterior, Medrano nunca olvidó a la Argentina. «Mucho menos a mi barrio y a mis amigos. Soy una persona muy leal: sigo teniendo las mismas amistades de los 18 años de Villa Adelina, donde viví hasta que me fui a estudiar a Estados Unidos», señala.Un ritual que el ejecutivo no abandona es el de juntarse asiduamente a comer con sus amigos. «Uno de ellos puso un restaurante en Villa Adelina que se llama El Retorno. 

Sábado por medio nos vemos allí al mediodía. A pesar de los años que pasaron y de los diferentes lugares en los que me tocó vivir, nunca abandoné esos encuentros cada vez que vine a la Argentina. Por suerte ahora tengo la posibilidad de vivirlos de manera mucho más frecuente», celebra.Otra de sus grandes pasiones, confiesa, es el sur del país. «Con mi familia tenemos una casa en las afueras de Bariloche y nos escapamos cada vez que podemos. Me fascinan todas las actividades que se pueden hacer allá, como el trekking y el snowboard. También me gusta salir a caminar y hacer kilómetros en los que quizás no me cruzo con nadie. Esa posibilidad de tener un momento de encuentro con uno mismo en medio de un lugar paradisíaco me llena el corazón», concluye. 

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