La lista de concejales del bruerismo había tensionado arduamente las pujas política entre los hermanos Gabriel y Mariano Bruera, que son quienes manejan con gente propia las secretarías y direcciones municipales, y se encargan en definitiva del trabajo sucio, que el Intendente Pablo no quiere hacer.

Así es como Gabriel pujó para que Santiago Martorelli, actual Jefe de Gabinete municipal, pudiera retener el control del Concejo Deliberante con Pedro Borgini como cabeza de lista yLorena Riesgo como tercera precandidata a concejal.

En tanto que Mariano había iniciado una gran guerra interna, para posicionar para la tercera banca a la mujer del secretario de Comunicación, Carlos Lazzarini, la actual Directora de Personal, Valeria Rinaldi.

Pero esta negociación terminó desvaneciéndose los últimos días, cuando el diario digital “LetraP” desenmascaró una trama de negocios espurios que Mariano Bruera mantiene con los hermanos Mariano y Maximiliano Suárez Folchs.

Esta situación terminó siendo el detonante dentro del Municipio para que Pablo haya optado por dejar las cosas como estaban, y entregar los primeros tres concejales a tres ediles que buscaban renovar: Pedro Borgini, Fabián Lugli y Lorena Riesgo.

Para el cuarto lugar quedó Mauricio Castro, a pesar de que dicha banca había sido ofrecida paraGuillermo Renna, el edil mano derecha del titular de AUBASA, Gonzalo Atanasof, quien la rechazó no conforme con ir en un puesto que podría terminar en manos de la oposición kirchnerista, en caso de que la lista de Bruera se imponga en las Primarias ante la de Florencia Saintout.

Con este panorama, los números siguientes se fueron acomodando con pocas perspectivas a terminar ingresando en el Concejo, ya que la intención de voto de Bruera que hoy marcan las encuestas es el orden del 21% de los votos, lo cual solamente le permitirían meter cuatro concejales. Aun así la integran Juan Lotúmulo y Sabrina Rodríguez.

Recién detrás de Rodríguez, en el puesto siete fue el ofrecimiento que recibió Mariano para “colgar” a Valeria Rinaldi, quien quedó sumamente desestimada dentro de la estructura política del bruerismo.

EL NEGOCIO DE LOS SUÁREZ FOLCHS

Letra P desnudó los negocios que se esconden detrás de los hermanos Suarez Folch y sus vínculos con la Municipalidad de La Plata, ya que operan bajo las directivas de Mariano Bruera, en favor de la gestión, pero que por supuesto obtienen un rédito económico propio.

Hoy en día administran los ingresos del Mercado Central, los sugestivos contratos con artistas nacionales e internacionales para los shows que se montan todos los fines de semana, y además una parte importante de la cartelería estática, la cual creció de manera vertiginosa.

En los últimos años, luego de la fatídica inundación del 2 de abril de 2013, ambos hermanos montaron una estructura pergeñada para ordenar el “sistema de negocios” del jefe comunal. Hoy tienen la concesión del Centro Cultural Islas Malvinas, y paralelamente manejarían una abultada caja paralela, generada por los “abonos” que todas las semanas entregan los dueños de bares y boliches de la ciudad: muchos de ellos denuncian por lo bajo que esta es la condición necesaria “para seguir con las puertas abiertas”.

Esta investigación salpica al secretario de Comunicación Pública, Carlos Lazzarini, quien presuntamente es un beneficiado directo de los negocios que se montan bajo la estructura de “Vamos La Plata”, un sello que funciona como productora de espectáculos y es administrada por los Suárez Folch para realizar los recitales y shows que semanalmente se montan en la ciudad.