Dragado: Las dudas que sobrevuelan a Merlini

Dragado: Las dudas que sobrevuelan a Merlini

Esta semana se anunció la segunda etapa de la intervención de los españoles de Canlemar SL con su draga Omvac 10 en el puerto marplatense. Estuvieron el año pasado y sobran interrogantes tras su paso. 

Por Roberto Garrone.

El puerto de Mar del Plata seguirá siendo previsible como lo es desde hace tres años, cuando la draga 259 C Mendoza terminó como pudo de profundizar el área de giro y el muelle de ultramar.

Luego se sumó la Victory I para evitar que se prolongue el papelón de los equipos chinos que contrató el consorcio en tiempos de la intervención Machinandiarena y pagaron “miti y miti” Nación y Provincia. Más de 10 millones de dólares.

El pliego redactado por Horacio Tettamanti desde la Subsecretaría de Actividades Portuarias había incluido la boca de acceso y canales interiores pero había excluido esos dos sectores claves del espejo interior.

Cuando la obra estuvo lista a fines del 2014, en el verano del 2015 los barcos de grandes dimensiones pudieron entrar a puerto pero al poco tiempo se dieron cuenta que no tenían garantías para amarrar en el muelle porque no había profundidad necesaria. Hilarante.

Esa previsibilidad se la seguirá dando la Omvac 10, la draga de los españoles de Canlemar SL que intervinieron el año pasado, aunque quedaron varios interrogantes sin respuestas.

Tras el dragado del 2014 se removieron más de un millón de metros cúbicos de sedimentos. La tarea del 2017 era mucho menos ambiciosa. Repasar los puntos críticos del área de giro y mantener a raya el banco de arena que se recuesta sobre la Escollera Sur y quita operatividad al canal principal.

El interrogante entonces era saber quién vendría a Mar del Plata a remover tan solo 300 mil m3, un pelotero de arena para las grandes empresas dragadoras acostumbradas a obras mucho más grandes. “Tengo un as en la manga” contó el Presidente del Consorcio.

En principio se invertirían 36 millones de pesos pero hubo un par de temporales que sumaron sedimentos al canal. El pliego contempló un monto a 56 millones (3,4 millones de dólares) para remover 440 mil m3.

YPF adelantó el pago del canon (18 millones de pesos) para garantizar el inicio de obra. La licitación cumplió sus procesos administrativos y se presentó una sola propuesta, que finalmente fue adjudicado a fines de ese mismo 2016: Sí, Canlemar SL, el “as en la manga” de Merlini.

Hace unos días el Presidente del Consorcio calificó como “exitoso” el dragado del año anterior aunque el plan de obra se salió de control. El trabajo tenía un plazo de 90 días corridos y terminaron siendo 160. De los 440 mil m3 previstos inicialmente se terminaron removiendo 670 mil.

Lo más curioso es que el Consorcio no amplió el presupuesto para contemplar todas las variaciones. Merlini ha dicho que pese a estos imprevistos sus amigos españoles incluso cobraron un poco menos de lo estipulado porque tenían otros compromisos y se fueron de Mar del Plata antes de terminar por completo la obra.

Si Merlini permitiera que las actas del Directorio fuesen públicas como en tiempos de Eduardo Pezzati, tal vez podríamos saber si los buenos de sus amigos españoles donaron los 230 mil m3 que dragaron de más el año pasado.

A razón de casi 8 dólares el m3, son más de 1,8 millones de dólares. Ni siquiera el Directorio sabe qué ocurrió. Nunca tuvieron la oportunidad de reunirse con los dragadores para que expliquen sus planes o cotejar alguna batimetría. Tampoco tuvieron pistas del nuevo proceso que se anunció la semana pasada. Algunos directores se enteraron por los diarios.

Pero a pesar que la Omvac el año pasado dragó más días y removió más sedimentos, el puerto no pudo cristalizar en la realidad lo que Merlini sí anuncia desde el discurso. El puerto operativo las 24 horas forma parte del nuevo relato de Cambiemos.

Hay un sector en el área de maniobras, un círculo de 250 metros de diámetro en el centro del espejo interior, que tiene poco calado. Se la conoce también como “zona de giro”, donde el buque de contenedores da vuelta para amarrar en el muelle de ultramar para la descarga y carga de contenedores.

Esa limitación genera que estos barcos deban ingresar a puerto con luz natural, situación que impide mejorar la logística del transporte marítimo. Recién ahora que MSC cambió de buques y quedan “proa afuera”, si las condiciones son buenas, puede salir de noche. Los buques de Maersk, siempre de día.

Los prácticos, quienes se encargan de entrar y sacar los grandes buques del puerto, han dicho que son sedimentos difíciles de remover: una especie de talco en suspensión. La draga Omvac ya demostró que no puede con ellos.

El Consorcio destaca que el nuevo dragado incluirá el refulado de arena para sembrar de sedimentos el sector próximo de Playa Grande. Deberían resolver ese problema de conseguir un negocio adicional a los amigos de Canlemar. Unos 3 dólares el metro cúbico refulado desde la Escollera Sur a Playa Grande.

Se desconoce si en el Consorcio hay un plan B; sería preocupante que con dos dragados consecutivos no puedan lograr enhebrar los deseos con la realidad del puerto nocturno operativo. Y un despilfarro de fondos públicos fenomenal, claro.

Un poco más grave que contratar consultores externos para elaborar el pliego de licitación de los silos: 540 mil pesos por la tarea para Juan Larrague & Asociados. Sin licitación, concurso de antecedentes o carrera de embolsados. A dedo.

Los sedimentos que el año pasado removió la draga en esa zona del giro fueron refulados a una cava próxima a la galería de los silos porque la OPDS consideró que estaban contaminados con metales pesados.

Es curioso que no haya tenido el mismo dictamen para los barros que la draga extrajo de la posta de inflamables, donde opera un barco petrolero asiduamente. Refular en esa zona, próxima a la Escollera Sur hubiese demorado y encarecido el plan integral.

Si Merlini se esmera para no mostrar las actas, mucho menos exhibirá las muestras de los sedimentos en la posta de inflamables como para compararlos con los del área de giro y el muelle de ultramar. La gestión y el trabajo en equipo no es amiga de la información pública.

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