La denuncia anónima que permitió dar con la nieta #117

La denuncia anónima que permitió dar con la nieta #117

Un llamado alertó a la Conadi. La chica aceptó realizarse un estudio de ADN porque sabía que sus padres no eran los biológicos. 

Durante décadas, María buscó a su nieto. Ella estaba convencida de que era un varón. Incluso, hace unos años, se le hizo un ADN a un muchacho, pero dio negativo. Ahora se sabe: María estaba equivocada... tenía una nieta.

María es María Domínguez, una de las referentes en Mendoza de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Cada jueves, hace el mismo recorrido por la Plaza San Martín de nuestra capital. 

Hace apenas algunos meses llegó una denuncia anónima a la comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Se informó que una chica mendocina era hija de desaparecidos. Había algunos datos cuya precisión invitaba a soñar que podía tratarse de uno de bebés robados en la provincia durante la última dictadura.

Se calcula que fueron, en total, una docena de casos, de los cuales, hasta ahora, se había recuperado sólo a una. Las autoridades se contactaron con la chica, le explicaron la situación y ella aceptó rápidamente hacer el análisis de ADN.

También tenía indicios de que sus padres de crianza no eran sus padres biológicos. El jueves pasado se conoció el resultado: era positivo.

La chica no estaba en su casa; había ido a la montaña y recién 24 horas después supo que su vida había cambiado para siempre y que había una familia que llevaba más de 30 años buscándola.

La historia de sus padres, Walter y Gladys, es tan actual que, precisamente, por estos días forma parte del juicio contra los ex jueces, y allí cobran protagonismo, una vez más, Luis Miret y Otilio Romano, quienes como camaristas federales en la democracia intentaron dejar impunes todos estos casos.

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