Las cuentas claras conservan la amistad, la obra pública y los vínculos políticos

Las cuentas claras conservan la amistad, la obra pública y los vínculos políticos

La decisión sobre las obras que se van a ejecutar en los municipios salteños con el préstamo obtenido por la Provincia y la disponibilidad de dinero que la Nación envió hasta el momento a Salta ocuparon un lugar de altísima exposición en el escenario político local.

La semana que paso agregó confusión a la opinión pública, pero también reveló nerviosismo en las administraciones del Gobierno provincial y también en los municipios.

Salta capital, convertida en la caja de resonancia del resto de las intendencias a la hora de los reclamos, ocupó el lugar del "mensajero", y Gustavo Sáenz se vio obligado a ponerse la pesada camiseta del careo con los diputados oficialistas que tienen sus propias ideas sobre las obras que realmente necesitan los vecinos de capital.

En una actitud tristemente entendible, el resto de los jefes comunales comparten la postura de Sáenz sobre las autonomías y las facultades para la administración ejecutiva de los municipios, pero ninguno se anima a un planteo frontal de este tipo ante la Provincia porque la billetera, hoy más que nunca, es la que manda políticamente.

Todos opinan que la intromisión de los diputados y del Gobierno provincial en las determinaciones sobre obras en las comunas es inaceptable para la vida de los municipios, pero al mismo tiempo entienden que la falta de práctica para llevar adelante proyectos de desarrollo e infraestructura, les quita puntaje y argumentos para el reclamo. Hay una resignación generalizada de los intendentes sobre este punto.

En los últimos años, los municipios han funcionado como generadores de mano de obra administrativa. El bacheo y el cordón cuneta en época electoral se convirtieron en la única imagen de la gestión para los vecinos, pero han descuidado la visión integral de la salud urbana, el medio ambiente, la producción y el empleo genuino, entre otras cosas de su absoluta incumbencia.En los últimos años los municipios han funcionado como generadores de mano de obra administrativa. El bacheo y el cordón cuneta en época electoral fueron la única imagen de la gestión.

Salta capital no es la excepción, pero esta vez la diferencia está dada en que no hay matices ni correspondencia política con el Gobierno de la Provincia, y la proximidad de Sáenz con el Gobierno nacional le deja alguna ventaja sobre el resto de sus colegas.

En ese instante en el municipio capitalino, hacen una lectura lineal y contable: "Las cuentas claras conservan la amistad" aseguran los más allegados al intendente.

De los 300 millones de dólares obtenidos por la colocación de títulos por parte de la Provincia, un 20% les corresponde -por ley- a los 60 municipios

Más allá de un reparto poco equitativo del monto original, hay algo que inquieta a la comuna capitalina: se sabe que parte de ese dinero tendrá que ir necesariamente a cubrir las obras inconclusas del famoso Fondo de Reparación Histórica. ¿Cuánto es el monto de esta diferencia? Nadie lo sabe; o si lo saben, no lo explicaron con claridad hasta el momento.

Además del debate sobre las obras futuras con el nuevo crédito, otro punto álgido de la discusión es el FRH que vuelve como una pesadilla interminable. La ciudad Capital no quiere resignar más dinero del que por ley le corresponde, sobre todo en obras del norte de la provincia que tendrían que haber concluido hace tiempo.

"Nos dan un porcentaje mínimo, pero además nos hacen pagar a nosotros un costo económico de obras que no son nuestras, que administraron desde el Ejecutivo provincial y que tendrían que haber concluido hace tiempo" señaló una alta fuente del municipio que pidió reservas.

Este es el escenario donde se discute el destino del dinero que ingresó desde el exterior, pero los ojos de los intendentes también están puestos en los fondos que envía la Nación a Salta, donde tampoco hay claridad y la confusión reina entre los Aportes del Tesoro Nacional, los adelantos de coparticipación y el pago de deudas atrasadas. La Nación dice que mandó plata; la Provincia lo desmiente. La opinión pública espera respuestas contundentes.

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