Cómo hizo Boca para refundarse en sólo 80 días

Cómo hizo Boca para refundarse en sólo 80 días

De un cierre de año para el olvido al prometedor 2015; de los tiempos de crisis y las críticas a Angelici a un presente ideal; de las polémicas salidas de Bianchi y Riquelme al sueño de la mano del Vasco

Si hay algo inmejorable para escapar de las sensaciones pesimistas o de un espíritu devaluado, esas son las rachas positivas o las buenas campañas. Siempre influyente sobre el legado anímico, es imposible no sentirse otro después de una serie de triunfos y de arrasar en el arranque de las dos competencias del primer semestre. Así se sienteBoca, altivo, ganador, impulsado por un coraje revitalizado que lo invita a soñar. Y atrás quedó el otro Boca que en enero comenzaba la pretemporada con la esperanza de escaparse de un 2014 para el olvido y con varios frentes inmersos en la incertidumbre. De un extremo a otro, las presunciones negativas se hicieron trizas y apareció en escena una versión sólida. Un viaje sin escalas de las dudas a la felicidad.

Boca se reinventó. Desempolvó otro espíritu, otra voracidad..., otra vitalidad. La que le imprimieron los que estaban, y también los que llegaron a reforzar el equipo luego de un final de año por demás traumático. Una renovación que se catapultó desde un cambio de mentalidad necesario y productivo. Un trabajo que partió de la tenacidad y el convencimiento del entrenadorRodolfo Arruabarrena y que ofreció las soluciones que se le demandaban para torcer los antecedentes que pesaban sobre los protagonistas.

 

Es verdad que el campeonato de 30 equipos apenas atravesó la línea de la 8va fecha, que la Copa Libertadores lo tiene clasificado aún cuando no terminó de jugar en el Grupo 5, y que los próximos desafíos aún pueden encerrar un sinfín de sorpresas, pero lo concreto es que este Boca es distinto del de hace 80 días. Si algo le faltaba para encender la señal de alarma que arrastraba, la derrota por 4 a 1 ante Racing en el primer partido de verano (el 17 de enero pasado) lo consiguió. Las postales de las expulsiones de Erbes y de Marin en ese partido en Mar del Plata generaron más inestabilidad en la cabeza de los dirigentes, que asumieron la obligación de salir a buscar refuerzos de mayor jerarquía con respecto a lo que había pasado en los anteriores mercados de pase.

 

El presidente de Boca, Daniel Angelici,atravesó cuestionamientos constantes en el plano futbolístico, pero justamente en el final de 2014 y en el comienzo de este año tuvo que salir a responder con mayor frecuencia cuando la bronca de los hinchas lo tenía en el epicentro de la crítica. Uno de esos momentos se dio en diciembre pasado, cuando al perder con Gimnasia LP el pueblo xeneize pidió a los gritos el regreso de Juan Román Riquelme.

Las muestras de disconformidad fueron tan grandes que el ambiente interno se volvió irrespirable para los protagonistas. Una marea de reclamos se apoderó del club y se multiplicó por todos los rincones. "Los insultos son las reglas del juego. Tengo 50 años, hice bastante en mi vida. A veces lo lamento porque tengo hijos chicos, el más grande tiene 14. Ellos son los que más sufren, pero estoy tranquilo porque trabajo en club, pongo lo mejor de mí. Soy autocrítico, sé que me equivoqué, pero hicimos muchas cosas buenas. Sponsors, palcos nuevos, arreglar el estadio, arrancar la Ciudad Deportiva, el Socio Adherente, ordenar los ingresos al estadio. Y puedo seguir, pero me van a contestar que quieren un campeonato y es válido. Cuando ganás un título, se empiezan a ver las otras cosas que se hicieron y quedarán en el club", declaraba Angelici el 10 de enero pasado.

La desazón deportiva iba de la mano de las malas noticias. Boca penaba por una conducción que asumía los malos momentos y las equivocaciones, pero que no revertía la avalancha de sinsabores que se sucedían. Después de su experiencia en Argentinos, Riquelme anunció su retiro del fútbol y puso otra vez sobre la mesa las críticas hacia el presidente Angelici. El año político para el oficialismo comenzaba con la manifestación de un grupo de hinchas en la Bombonera en favor del ídolo, pero también como un grito de guerra. Días después, cuando faltaban segundos para que comenzara el partido con Vélez, en el estadio mundialista de Mar del Plata bajó desde las tribunas de Boca el cántico tan conocido. "Riquelme, Riquelme", entonaron los fanáticos xeneizes cuando el "Diez" ingresó en el estadio junto con su hijo, Agustín. "Si tengo la suerte de aprender y llego a creer que lo puedo hacer, intentaré ser presidente", hasta llegó a decir el enganche.

El presidente Angelici tuvo que salir a buscar paños fríos a partir de las contrataciones que Arruabarrena pidió y que el momento de inestabilidad le demandaba. Más allá de las interpretaciones que se les quieran asignar a los reclamos, la urgencia futbolística de Boca fue tan evidente que la lista de refuerzos se hizo extensa y los ofrecimientos que se hicieron por los apellidos en carpeta fueron fuertes (por ejemplo, tres millones de dólares por Milton Casco). Daniel Osvaldo, Nicolás Lodeiro, Pablo Pérez, Gino Peruzzi, Fabián Monzón, Guillermo Sara y Cristian Pavón fueron los que finalmente llegaron a cambio de 7.500.000 dólares.

De la mano de un trabajo arduo de Arruabarrena, Boca refundó sus bases y abrió una esperanza en el corazón xeneize. Derrumbó los miedos que el propio equipo se había esmerado en edificar durante el ciclo anterior de Carlos Bianchi y el comienzo del Vasco. Como consecuencia de un juego más confiable y de su efectividad espantó esa sensación negativa que a principios de año amenazaba con instalarse como un incómodo inquilino. La foto de hoy muestra un rendimiento sólido que va encontrando el funcionamiento más aceitado en un invicto oficial que ya suma 13 partidos y con un porcentaje de puntos del 89,7 por ciento.

 

Los grupos se fortalecen en situaciones adversas, y el grupo ha salido fortalecido el semestre pasado (Arruabarrena)

 

El aval numérico quizá represente una propulsión para el impulso anímico. Incluso la intimidad de su vestuario, esa que tantos dolores de cabeza le trajo hasta hace poco, hoy parece más tranquila y no se discute a ningún referente. Claro que es al menos lo que sobrevuela en esta actualidad donde las selfies grupales se hicieron costumbre y en el que la competencia por el puesto volvió a ser lo más importante.

Como se dijo, es el recorte de este buen comienzo de año de Boca y aún falta mucho por recorrer. Lo concreto y evidente es que casi no tiene puntos de contacto con la tensión que le tocaba vivir hace apenas cuatro meses. "Los grupos se fortalecen en situaciones adversas, y el grupo ha salido fortalecido el semestre pasado", certificó ayer el Vasco Arruabarrena. Una metamorfosis notable..

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