El círculo rojo está que echa fuego

El círculo rojo está que echa fuego

En un encuentro de AEA, el establishment empresario se quejó por la grave crisis económica y la imprevisión oficial. Hubo guiños a Alberto Fernández.  

 

Los empresarios más importantes del país se mostraron muy críticos con la política económica de Mauricio Macri. Reunidos en el hotel Sheraton de Retiro, en el marco de la cuarta jornada de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), hubo reproches por la alta inflación, los saltos en el tipo de cambio y la imposibilidad de planificar. “Es desmotivación lo que se siente, cuando hay que hacer un presupuesto nos agarramos la cabeza”, aseguró en el escenario Luis Pérez Companc, presidente del Grupo Pérez Companc. Desde las mesas del auditorio asentían los dueños de las compañías más grandes del país, quienes apoyaron abiertamente la gestión del Presidente, incluso a través de millonarios fondos para la campaña. Pese a que en 2016, cuando todo era optimismo, el principal pedido era “que no vuelva el populismo”, hoy se muestran positivos de cara al futuro. Consultados por Página/12, aseguraron que, ante un eventual triunfo del Frente de Todos, quien ejercerá el poder es Alberto Fernández y le pidieron políticas “más enfocadas en lo productivo que en el mercado”.

 

La jornada arrancó a las 9 de la mañana con un discurso de Jaime Campos, presidente de AEA, quien aseguró que el país “carece de legitimidad monetaria y debe recuperarla”. A sus palabras le siguió un análisis macroeconómico de la última década a cargo de Ricardo Arriazu, quien dijo que ante la crisis “no hay que extrañarse que la pobreza vuelva a subir unos cuantos puntos”. Frente al escenario, observaban empresarios como Héctor Magnetto, CEO de Grupo Clarín; Alejandro Bulgheroni, presidente de Pan American Energy, y Gustavo Grobocopatel, de Los Grobo, entre tantos otros.

Los primeros en criticar la política económica fueron los expositores del primer panel. Alfredo Coto, dueño de la cadena de supermercados, sentenció: “No veo un país tan desorganizado como el nuestro". A su lado, Paolo Rocca, CEO de Techint, advirtió que "en el ultimo tiempo hubo una pérdida importante de confianza y es importante recuperar la confianza" para volver a crecer. "El crecimiento es empleo, la gente no quiere planes, quiere empleo, y el empleo es la base de la movilidad social", agregó. 

En el mismo escenario estaba Martín Migoya, CEO de Globant, quien contó las dificultades con las que trabaja su compañía: “No sabemos a cuánto va a estar el dólar, no tenemos una moneda confiable, ni capacidad de planificación. Fue difícil todo este tiempo”. También se encontraba Carlos Blaquier, de Ledesma, quien fue consultado por el moderador del panel acerca de si tenía miedo de que se perdiera la institucionalidad en caso de un cambio de gobierno. “No veo ningún riesgo”, enfatizó.

Después de un recreo, en el segundo panel, el primero en tomar la palabra fue Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat. “Nos está costando mucho mantener el contenido local, a los autopartistas les está yendo mal. Este no es el mejor momento, otros años se tomaba mucha más gente. Un país con esta inflación no es previsible, las cuentas de una empresa no tienen valor”, sentenció. A su lado, Eduardo Constantini, dueño de Nordelta, dijo que “las ventas inmobiliarias están muy bajas”. 

En el mismo escenario, Luis Pérez Companc, presidente de Molinos Río de la Plata, dijo que se siente desmotivado, e informó que en el sector alimenticio los consumidores se pasan a segundas y terceras marcas. “Tenemos que ser previsibles, no sabemos qué va a pasar la semana que viene. Cuando llega la hora de hacer un presupuesto nos agarramos la cabeza”, afirmó. En el mismo sentido opinó María Luisa Macchiavello, presidente de Droguería del Sur, quien se encontraba a su lado. “Es difícil pensar cómo trabajar todos los días. Cuando sube el dólar, sube la materia prima y se generan problemas en la cadena de pagos”, afirmó la única mujer empresaria de AEA. Y adelantó que tiene frenados proyectos de inversión.

El cierre del evento estuvo a cargo del presidente Mauricio Macri. Si bien fue aplaudido de pie al ingresar al auditorio, en ningún momento de su discurso volvió a escuchar aplausos, pese a que enumeró algunos "logros" de su gestión. Solamente fue apaudido cuando mencionó a su ministro de Economía, Hernán Lacunza, quien lo observaba sentado en una de las mesas del auditorio.

“Alberto no nos da miedo”

De cara a las próximas elecciones, Rocca aseguró: "Soy positivo pase lo que pase, el país incorporó elementos de institucionalidad que se van a quedar". Coto dijo que no le preocupa que vuelva el kirchnerismo porque “todos van aprendiendo de las experiencias pasadas". Migoya, creador del grupo de Whatsapp de empresarios, dijo que "lo que la gente vote será lo correcto”. Pérez Companc agregó: “Gane quien gane no va a cambiar mucho el país ni sus políticas”.

 

Los empresarios piden abiertamente que quien sea el próximo presidente encabece una reforma tributaria. José Urtubey, de la UIA, adelantó que buscarán reunirse con el candidato del Frente de Todos: “Pedimos que la próxima política sea industrial y no financiera, porque esa es la única forma de dar empleo de calidad”. En el mismo sentido opinó Martín Cabrales, quien dijo que seguirá invirtiendo en el país pero pidió que el próximo gobierno sea “proindustria”. Ninguno se mostró preocupado por las declaraciones de Juan Grabois, ya que dijeron que representa a un sector "muy pequeño" de la oposición.

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