Un estilo de vida más saludable y controles más estrictos impulsan lanzamientos de variantes sin alcohol. En algunos países de Europa, la categoría está teniendo un crecimiento importante.
Por: Gustavo Grimaldi.
Hasta no hace tanto tiempo, la cerveza sin alcohol tenía un consumo marginal en Argentina. Pero los estrictos controles de alcoholemia y las multas que caen sobre aquellos automovilistas que son detenidos y que no cumplen las reglas, más el objetivo de muchas consumidores de tener un estilo de vida más saludable está reconfigurando, de a poco, el negocio de las cerveceras.
En Argentina se consumen 45 litros per cápita de todos los tipos de cerveza por año y se producen 20,4 hectolitros anuales. Un informe de la consultora Kantar División Insights asegura que cuatro de cada diez argentinos consumieron alguna vez cerveza sin alcohol. Estos valores se identificaron mayormente en adultos de más de 50 años y en niveles socioeconómicos altos.
Entre otros datos relevantes del estudio se destaca que la curiosidad es lo que motiva a probar el producto, seguida de situaciones que actúan como barrera al consumo de alcohol. Además, existe un imaginario de que la cerveza es más saludable y se alinea a tendencias y preocupaciones del consumidor contemporáneo, más consciente de la relación entre la alimentación y la salud.
En este sentido, Estefanía Goren, responsable de Kantar, señaló que "si bien la cerveza sin alcohol hoy posee un consumo infrecuente y anclado en momentos muy concretos, creemos que es un producto que va a ir ganando penetración entre consumidores atentos a un estilo de vida más saludable, esto ya ocurre en otros mercados y hay motivos para creer que Argentina seguirá la misma tendencia".
Atento a esta tendencia Quilmes acaba de lanzar su variedad 0.0%, una lager, tipo pilsener, elaborada a partir de ingredientes nacionales, clara, brillante, con aroma maltoso y, por supuesto, con nada de alcohol.
Laura De Bona, gerente de marca Quilmes, señaló que "Quilmes 0,0% es una cerveza que se alinea a tendencias y preocupaciones del consumidor contemporáneo que busca equilibrar un estilo de vida más saludable; es un producto natural, más liviano, con 27 calorías cada 100 gramos".
Sus antecesores en el mercado local fueron Liberty, que debutó a mediados de los '90 y tenía 0,5% de graduación y su reemplazo, Lieber, que estuvo disponible a partir de junio 2011 con un máximo de alcohol de 0,4 por ciento.
Mercado europeo
La tendencia se replica en otras partes del mundo. Antes de la pandemia, la cervecería independiente de Escocia, Brewdog, inauguró en Londres su primer bar dedicado completamente a bebidas sin alcohol. Brewdog AF Bar se autodenominó "el primer bar libre de alcohol del mundo" y ofrece quince canillas de cerveza artesanal además de Designated Cider, la sidra sin alcohol de Hawkes.
En España el consumo se ha disparado. En la actualidad, el 14% de las cervezas que se consumen son sin alcohol. Las marcas que dominan ese mercado son Estrella Galicia, San Miguel y Alhambra Especial.
En Alemania, entre 2011 a 2016, el consumo de cerveza sin alcohol creció un 43%, aún mientras el consumo total de cerveza disminuyó. Los alemanes beben más cerveza sin alcohol que cualquier nación, salvo Irán. Hay más de 400 opciones en el mercado.
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