Deberán informar sobre lo sucedido a los integrantes de la Comisión de Salud. El chico era donante de órganos pero su familia decidió no donarlos porque la situación no se manejó correctamente. Desde ese organismo admitieron que hubo fallas.
Ahora, las autoridades del Incaimen (Instituto Nacional Coordinador de Ablación e Implante de Mendoza) y el director del hospital Schestakow, Armando Dauverné, fueron citados a la Legislatura para explicar si hubo irregularidades en la noche en el que el joven falleció y que llevaron a sus padres a decidir que no donarían sus órganos.
El pedido fue presentado por el bloque de senadores de la UCR y consiguió el aval del resto de los legisladores, quienes esperan que las autoridades médicas den su versión de lo sucedido. También fue citado el Director General de Hospitales de la provincia, Oscar Renna.
Renzo fue atropellado en la madrugada del domingo 29 de septiembre frente a un boliche bailable llamado La Zona, adonde había concurrido junto a sus compañeros del Bachillerato de Bellas Artes de La Plata.
El chico fue embestido por un Renault 18 conducido por un hombre, Juan José Molina (34), que sería instructor de polo y que circulaba por Sarmiento al Este. El dosaje de alcohol en sangre le dio (según revelaron las fuentes a Los Andes) 1,35 de 0,5, que es lo máximo permitido. Este dosaje, según expertos, provoca pérdida de la agudeza visual.
El joven estuvo internado varios días en terapia intensiva del hospital Teodoro Schestakow de San Rafael y le diagnosticaron muerte cerebral.
Los padres del joven denunciaron en una carta abierta que "falló el sistema del Incaimen" y que no se sintieron seguros de realizar la donación de los órganos a pesar de que ellos y su hijo apoyan esta iniciativa.
Además, criticaron a las autoridades del hospital y manifestaron una serie de irregularidades que vivieron durante los días que el chico estuvo internado. "Renzo murió en el Hospital Schestakow de San Rafael al menos tres veces?", escribieron conmovidos.
En tanto que días después, desde el Incaimen admitieron que el caso no se trató correctamente y que hubo desprolijidades en la manera en que los médicos del hospital y miembros del organismo se comunicaron con la familia del menor.
Comentá la nota