Argentina, en el podio de países de la región con más basura electrónica

Cada ciudadano de este país genera siete kilos de residuos originados por aparatos electrónicos al año. Está tercero en el ranking detrás de Brasil y México. Por ejemplo, se acumulan localmente un aproximado de 300.000 toneladas basura y residuos procedentes de teléfonos móviles. Ya hay empresas ya exportan residuos electrónicos a Europa, para su reciclaje

Problemas con la batería, lentitud para abrir una ventana o simplemente falta de capacidad para descargar la última de las apps disponibles, son razones que los usuarios de teléfonos móviles se acostumbraron a esgrimir como ‘excusas‘, para el recambio de sus equipos. A esas, también, se sumó en el último año una razón más fuerte: la necesidad de contar con equipos 4G. Tanto que hasta el propio Gobierno nacional propuso a principios de año un Plan Canje de equipos básicos, por aparatos que soporten esta última tecnología de conexión a Internet. El vértigo tecnológico hoy se calcula entre un año a dos: ya en 2014 la consultora Carrier y Asociados estimaba que el 43% de los usuarios de teléfonos celulares cambió su equipo antes del año, mientras que un 32% lo hizo entre el primero y el segundo año. 

En esa vorágine, el descarte de usados se vuelve inevitable. Tanto que muchos se preguntan qué hacer con los equipos en desuso, algo preocupante, ya que estudios realizados por la Unión Europea afirman que en promedio, los aparatos eléctricos y electrónicos están compuestos por un 25% de componentes reutilizables, un 72% de materiales reciclables y un 3% de elementos potencialmente tóxicos. En la Argentina, se estima que cada individuo genera siete kilos de basura electrónica al año, según la ONU. 

El informe de las Naciones Unidas ubica al país en la tercera posición regional, detrás de dos grandes mercados como Brasil y México, en cuanto a basura y residuos generados procedentes de teléfonos móviles, con un aproximado de 300.000 toneladas acumuladas para el año 2018 (contra 250.000 estimadas que se acumularon en 2014). 

La diferencia con ambos mercados es grande: los brasileños generan cerca de 1,8 millones de toneladas anuales, mientras que México, algo más de un millón por año.

"En el país no hay conciencia sobre recolección. El tema del desarme lleva mucha mano de obra, por lo que no hay muchas empresas especializadas. Al no haber una ley nacional que obligue a los grandes proveedores a gestionar los equipos usados, muchos se pierden en el camino", afirma Claudia Kalinec, directora del Grupo Pelco, una empresa nacional especializada en tratamiento de residuos peligrosos. 

La compañía realizó recientemente su primera exportación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) desde el país, por un valor de 200.000 euros (unas 50 toneladas de plaquetas), hacia la planta Umicore, en Bélgica, donde se realizará la ‘minería urbana’, es decir, la extracción de metales preciosos. "Todos los equipos electrónicos tienen algún tipo de plaquetas y metales preciosos como oro o plata, que pueden recuperarse. En la Argentina, no hay tecnología para esto, porque no hay volúmenes que lo justifiquen", explica Kalinec. 

Ni a nivel nacional ni en otras jurisdicciones, exceptuando la provincia de Buenos Aires, los RAEEs están catalogados como ‘residuos peligrosos‘. Por ende, no existe obligación de disponerlos en centros especiales para su separación y posterior reciclado. 

La ejecutiva afirmó que esta exportación marca el primer capítulo de un ciclo que prevé a fin de año una nueva exportación. "Juntamos dos toneladas de plaquetas por mes", cuenta. El desarrollo comenzó en 2013 con la puesta en marcha, en conjunto con el municipio de Tigre, del Centro de Recepción de Aparatos Electrónicos en Desuso en Benavidez, destinado a la revalorización de RAEEs. 

Según Carrier, en los últimos tres años las ventas de celulares promediaron 9,5 millones de unidades anuales en el país.

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