Apoyo partidario para Bersani

Apoyo partidario para Bersani
Los ocho puntos de Bersani comprenden, entre otras cosas, iniciativas para corregir las políticas europeas de austeridad, medidas urgentes para ayudar al mundo del trabajo, nueva ley electoral y otra sobre el conflicto de intereses.
Por Elena Llorente

Desde Roma

Con un programa de agresivos cambios sintetizados en ocho puntos se presentó ayer el secretario Pierluigi Bersani en la reunión de la dirección del Partido Democrático. El PD aprobó la propuesta del secretario, rechazando toda posibilidad de alianza con el partido de Silvio Berlusconi. Bersani piensa llevar ese programa al Parlamento en caso de que el presidente de la república, Giorgio Napolitano, luego de las consultas con los partidos, le encargue formar el gobierno, por ser el jefe de la formación mayoritaria, al menos en la Cámara de Diputados.

Se trata de ocho puntos que comprenden, entre otras cosas, medidas para corregir las políticas europeas de austeridad, medidas urgentes para ayudar al mundo del trabajo, una nueva ley electoral y otra sobre el conflicto de intereses, estímulos a la economía ecológica y sostenible, derechos de los hijos de inmigrantes nacidos en Italia y de las parejas homosexuales, mejoras para la educación y la investigación.

El politólogo Gianfranco Pasquino, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia y ex senador progresista, hizo con Página/12 un análisis de las perspectivas.

–¿Italia podrá tener finalmente un nuevo gobierno?

–Yo creo que el gobierno se hará porque creo que el presidente de la república no quiere terminar su mandato (en mayo) dejando un problema abierto. Este es un de-safío para su capacidad política y creo que lo logrará. El jefe del Estado quiere saber qué piensan verdaderamente los partidos y por eso recibirá a cada uno de ellos a partir del 18-20 de marzo.

–Pero Grillo no quiere apoyar ni a Bersani ni a gobiernos de otros partidos...

–Es cierto, pero han empezado a salir a relucir nombres no necesariamente ligados a partidos, como el de Stefano Rodotá, una persona de izquierda pero independiente, muy respetado en ambientes políticos. Y junto a él, el de un economista, hijo de un viejo comunista, Fabrizzio Barca.

–¿Pero esos nombres dónde circulan?

–No circulan en los ambientes comunes porque de lo contrario se quemarían rápidamente..., pero están. En Italia, basta llegar a los vértices de las instituciones para transformarse en “papable”. Otro personaje del que se habla es Giuliano Amato, ex socialista, que fue dos veces primer ministro. Creo que también se barajará el nombre de algún magistrado.

–¿O sea que usted cree que, ante la falta de acuerdo, se puede volver a un gobierno técnico?

–El presidente Napolitano negará que se trate de un gobierno técnico, porque ese gobierno deberá obtener el voto de confianza del Parlamento, por lo cual es político. Luego dependerá de quiénes sean elegidos como ministros. Tal vez se puede aceptar un primer ministro extrapartidario, pero no los ministros.

–¿El procedimiento normal sería que Bersani le dijera al presidente: “Yo tengo la mayoría en la Cámara, encárgueme de hacer el gobierno”?

–Sí, ése sería el procedimiento normal. Pero este país no es más normal...

–¿El riesgo de elecciones de todas maneras existe?

–No creo que se vaya a elecciones porque, primero, para hacer elecciones tiene que haber un gobierno y un presidente de la Republica que disuelva el Parlamento. Napolitano no puede hacerlo porque estando en sus últimos seis meses de mandato, la Constitución se lo prohíbe. En consecuencia, lo podría hacer solamente su sucesor. Es decir, primero este Parlamento debe elegir al sucesor de Napolitano. Además, ir a elecciones no le interesa a nadie. Grillo teme que si ha dicho no a todos los gobiernos, parte de sus electores no lo voten. Berlusconi no podría hacer una campaña tan buena como pudo hacerla recientemente. El PD no puede hacer la campaña electoral con Bersani, que no lo llevó a un claro triunfo, tiene que encontrar otro candidato. A ningún partido le conviene. Todos temen un contragolpe de los electores.

–¿Cuánto tiempo se requerirá? ¿A fin de marzo tendremos un “papa” del gobierno italiano?

–Papa del cónclave, lo tendremos seguramente, y en mi opinión será italiano. En cuanto al gobierno, empiezan las consultas con los partidos. El Parlamento asume el 15 de marzo y empieza un momento delicado porque la primera cosa es elegir los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado. El de Diputados podría ser elegido inmediatamente porque el PD tiene la mayoría absoluta, pero si lo hace, no tendrá jamás la presidencia del Senado, donde los votos faltan. El centroizquierda tendrá que comenzar las negociaciones y entonces podrá entender un poco mejor qué quiere Grillo.

–¿No hay riesgo de que cuando lleguen al Parlamento, dado que el jefe Grillo no estará porque no era candidato y ellos no tienen experiencia, puedan pelearse por las decisiones? Da la impresión de que no todos tienen las ideas claras.

–Usted habla de riesgo y yo lo considero un hecho. Es algo que sucederá seguramente. No sabrán qué votar. Cometerán errores y líos, se equivocarán porque el procedimiento es muy complicado. Tendrán que aprender.

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